Revista inconclusa de una vida

 

Por: Daniela Varela Melo

 

Jessica y el quiosco familiar.

 

La calle atestada de gente, caminando de un lado a otro, el ruido no deja escuchar los propios pensamientos. Policías rondan por la peatonal, vendedores de minutos y vendedores ambulantes hacen su trabajo y  comercian en una de las calles más ocupadas de la ciudad. Ahí, en la Tercera, entre las calles 14 y 15 está ubicado el quiosco de revistas, y demás, de Jessica Vargas.

 

Jessica tiene los ojos grandes y verdes, le da una apariencia amable e inocente. Y efectivamente es una mujer muy agradable, a sus 26 años parece algo más joven de lo que es. Trabaja en el quiosco desde hace 7 años, se vio en la necesidad de empezar a trabajar y fue en este negocio porque, cuenta ella, su familia ha estado en esto durante muchos años y fue la mejor solución.

 

El quiosco lo abre el esposo de Jessica, a las 8 de la mañana todos los días mientras ella se queda en casa con su hija de 7 años, hace el almuerzo en casa de su mamá, lleva la niña al colegio y luego se dirige al trabajo para llevarle el almuerzo a su esposo, viven en Entre-Ríos, se demoran alrededor de 20 minutos en llegar en moto y ella se queda a trabajar el resto del día hasta las 8 de la noche.

 

̶  Con los hijos llegan las responsabilidades y los gastos, como no quise estudiar después de terminar mi bachillerato, me dedique a trabajar y empezar a formar mi hogar. ̶  cuenta Jessica.

El quiosco donde trabajan no es muy grande, lo que lo hace ver llamativo es la cantidad de mercancía que tienen adentro y alrededor, pero sobre todo la mayor singularidad del quiosco de Jessica es el televisor plasma que tienen adentro, es en muchas ocasiones un punto donde se acercan las personas para ver algún acontecimiento en las noticias o algún partido de fútbol que estén transmitiendo.

 

̶  Al principio teníamos un quiosco muy incómodo y no se podían guardar las cosas, ahorita este quiosco es mucho más grande, el anterior era muy encerrado y tocaba guardar las cosas en bodegas y hoy gracias a la alcaldía los quioscos mejoraron. ̶  asegura Jessica.

 

Con la notable amabilidad que emana Jessica, se podría pensar que los amigos no le han de faltar entre las personas que comparten la carrera Tercera como lugar de sustento, pero no es así, y ella es muy tajante en afirmar que en esta ciudad, si ven bien y progresando a alguien es inevitable la envidia por parte de la competencia u otras personas que tienen sus puntos de trabajo alrededor, por esa razón Jessica no tiene muchos amigos junto al quiosco.

 

Una de las cosas que más ha beneficiado a Jessica es que es una mujer muy organizada y dedicada a lo que hace, al inicio nada es fácil, cuenta Jessica que tuvieron que trabajar muy fuerte para ahora tener lo que tienen, tuvieron que invertir dinero en mejorar y sobre todo ahorrar. Es notable la organización, cada cosa tiene su lugar y aunque como dice ella, el negocio no da para tener muchos lujos, es bastante rentable y cubre el total de sus necesidades.

 

Algo curioso del quiosco es que no venden periódicos, Jessica cuenta una experiencia que tuvo con el periódico local  El Q´hubo. A diario le tocaba ir a hacer fila para reclamar los periódicos, mientras ella hacía fila el quiosco todavía no lo abrían, perdía tiempo y ventas. Y al final del día debía volver a las instalaciones del Q´hubo para devolver los que no habían vendido, al final decidió que no era algo beneficioso para el quiosco y mejor solo se dedicaba a vender lo usual.

 

A Jessica solo le gusta leer las revistas de entretenimiento y farándula  que ofrece, como la TV y Novelas y la revista Vea. Pero las revistas que más vende son las de manualidades como las de lencería, foami, uñas, entre otras, pero no le llama la atención realizar lo que enseñan esas revistas, la principal razón porque en general nunca tiene tiempo siempre está en el quiosco o cuidando a su hija, pero sí las mira para recomendarle a sus clientes que revista se adapta para lo que necesitan.

 

̶ Tengo muchos clientes fijos, sobre todo señoras, las conozco muy bien, sé que  necesitan y siempre trato de tener lo que les gusta.

 

Aunque la inseguridad en la carrera Tercera siempre ha sido uno de los mayores problemas de la peatonal, a Jessica nunca le ha sucedido nada  ni al quiosco, sin embargo si ha sido testigo de como los ladrones hacen de las suyas a una que otra persona. Ella que si conoce el sector hace mucho tiempo afirma que  uno de los grandes errores fue haber retirado el CAI que se encontraba enseguida del almacén TIA, ese CAI proporcionaba a los habitantes y transeúntes un poco más de tranquilidad  y ahora es más difícil lidiar con la inseguridad.

 

Jessica es feliz y conforme trabajando en el quiosco y dice que no le gustaría trabajar en ningún otro lado, es un sitio con una buena ubicación, le va muy bien y todos los días tiene buenas ventas. Ella asegura que le debe su éxito a Dios,  porque han sido perseverantes y han sabido administrar el negocio.