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"Seré lustrabotas hasta que mi Dios me lo permita"

Por: Gustavo Parra Rondón

 

Roque Riveros es un lustrabotas o embellecedor de zapatos, hincha fiel del Deportes Tolima, el cual  lleva 52 años ejerciendo su profesión.

 

Todo comenzó cuando su hermano mayor el cual era lustrabotas le prestaba la “cajita”, así es como Roque llama a este utensilio tan importante para ejercer su oficio, mientras su hermano trabajaba de lustrabotas, Riveros quien en ese entonces tenía alrededor de 12 años vendía la prensa, más exactamente El Cronista, allí nació esta inquietud por el oficio que desempeñaba su hermano, hasta que un día Ramón Riveros le presta la “cajita” y desde entonces Roque no la volvió a soltar, ya tenía dos trabajos, vender prensa en la mañana y lustrabotas en la tarde, y como el mismo lo explica “salir a rebuscarme para completar el día”.

 

En su juventud recorrió muchos lugares y así mismo las calles de la ciudad de Ibagué, disfrutando de este momento de la vida, pero nunca dejó de lado su oficio,  bueno solo había un momento, cuando viajaba a ver a su equipo del alma, el Deportes Tolima.

 

Allí entre tantas historias y andanzas encontró una compañía y por consiguiente el amor, él no lo pensó mucho y fue así cuando empezó a compartir su vida al lado de su compañera de luchas, desde ese mismo momento empezó a trabajar con más juicio en su oficio de lustrabotas, a conseguir una parte fija de trabajo y en esa búsqueda encontró un lugar, el café Lusitania donde todo empezó a ser más serio en su vida, una nueva etapa para él en el oficio de lustrar.

 

Al poco tiempo, en un abrir y cerrar de ojos llegaron los hijos y  los “ayayais” como él lo expresa en un tono de broma, porque todo en esta vida no es color de rosa. Roque, que actualmente cuenta con 65 Años de edad es como un roble, prefiere pensar en los momentos buenos. Es un persona alegre y agradecida por todo lo que su oficio y su vida le han dado, “hay que ser muy agradecido porque finalmente han sido más las cosas buenas que las malas” aclara,  es una persona positiva frente a la vida y asegura que hay momentos para todo, pero que gracias a Dios todo eso lo ha sabido “capotear”, como el mejor de los toreros.

 

Cuando aprendió a brillar mejor los zapatos fue uno de sus mayores logros, aprendió de todos los compañeros que tuvo alrededor de su vida, fue un buen observador y hoy se ven los frutos ya que tiene su propia clientela y no le falta el trabajo.

En el  café Lusitania estuvo trabajando alrededor de 28 años, pero a causa del fallecimiento del dueño del café Roque se queda sin trabajo, debido a que los hijos del difunto no quisieron seguir con el negocio, desde allí salió a buscar trabajo y en esas casualidades que tiene la vida, un día caminando por una plazoleta ubicada en el centro de Ibagué encontró un amigo, un veterano de mil batallas en el arte de lustrar zapatos y así mismo de una prolongada edad, llamado Eugenio, y allí cuando el recibe la oportunidad de quedarse con el lugar que tenía este amigo suyo  en aquella plaza, Roque consigue una silla y un parasol, y ocupa ese lugar que muy amablemente le ofreció su amigo, con tan buena suerte que café Lusitania y su nuevo lugar de trabajo quedaban muy cerca, así que nunca perdió su clientela y antes la aumento en su nueva zona de trabajo.

 

Su nuevo lugar es la plazoleta Santa Librada (carrera Tercera con calle 14A). Se levanta a las 6:00 de la mañana todos los días y llega sobre las 7:00 a su lugar de trabajo, según lo que dure el recorrido en su bicicleta, ya que es amante de esta forma de movilizarse, es así como de esta manera realiza el mismo recorrido todos los días desde la urbanización la Martinica a su trabajo y viceversa.

Este es un buen lugar de trabajo para Roque, ya que es un sitio tranquilo en el cual si quiere tomarse un descanso lo puede hacer, ya tiene sus clientes, “porque así como trabajo así me pagan” agrega Roque, eso es lo que le gusta de su trabajo, además, poder relacionarse con gran variedad de personas y desde luego estar al lado de su esposa, que trabaja allí en la misma plazoleta y es vendedora de minutos.

 

La  vida cotidiana de Roque es muy tranquila, siempre con una sonrisa en su rostro y esa amabilidad que lo caracteriza, piensa firmemente que la gente tiene que formarse la idea que los lustrabotas también son personas y que no hay porque verlos de diferente forma, lo más difícil de su trabajo es justamente la discriminación, en ocasiones  existen personas que los discriminan con comportamientos o palabras, un ejemplo claro de ello es la palabra “embolador”, Roque Riveros es un lustrabotas o embellecedor de calzado, se siente muy orgulloso de su oficio, de ser lustrabotas. También es un emprendedor, le gustaría ayudar a través de su oficio a otras personas y poder conformar una asociación, ya la tenían hace aproximadamente 15 años atrás pero por malos manejos de sus propios representantes, esta organización terminó.

 

Pese a esto, su mayor logro también fue que mediante esta especie de sindicato de embellecedores de calzado obtuvo su casa por medio de un plan de vivienda y  agradece las posibilidades que el lustrar zapatos le concedió, poder conformar su hogar y criar a 7 hijos, de los cuales 2 desempeñan el mismo oficio de su padre, quien les inculco la honestidad, el respeto por las personas  y que día a día se han los mejores en el oficio de lustrar.

 

Roque Riveros, lustrabotas, a sus 65 años de edad y 52 en la profesión, junto a su asociación sindical logró conseguir en el año 2006 unos lugares base para desempeñar su trabajo, estas son las casetas en las que actualmente trabaja en la plazoleta, fue una labor ardua de muchos años para que fueran reconocidos por la alcaldía, siempre llevaban a todos los candidatos a sus reuniones para presentarle sus deseos de tener un caseta ya que en otras ciudades si las había, hasta que llegó la hora y con la ayuda del alcalde Rubén Darío Rodríguez las consiguieron, de ahí en adelante ya tiene su puesto de trabajo, ya no con la silla ni el parasol con el que empezó a desempeñar su oficio sino con su propio puesto de trabajo.

 

Roque piensa firmemente en que uno mismo tiene que saber ganarse a la gente, ser una persona respetuosa, él tiene contacto con todo tipo de personas desde “la alta sociedad” como el mismo lo expresa hasta con “habitantes de calle”, tratándolos a todos de la misma forma. Y sí que le ha funcionado su forma de ver el mundo, hace 21 años está en este lugar sin inconveniente alguno, le agradece a Eugenio su amigo por dejarle el lugar en el que trabaja actualmente y por supuesto el hecho de haber conseguido su casa gracias a su profesión, tener un hogar y estar al lado de su esposa ya hace 41 años, es su mayor motivación para seguir adelante ejerciendo el oficio de ser lustrabotas y como el mismo lo asegura “hasta que mi Dios me lo permita”...

 

Paisaje sonoro - por Gustavo Parra Rondón
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Entrevista 1 - por Gustavo Parra Rondón
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Roque Riveros - lustrabotas

 

Edad: 65

 

Cantidad de hijos: 7

 

Años en el lugar de trabajo: 21

 

Años en su profesión: 52

 

Años de casado: 41

Entrevista 2 - por Gustavo Parra Rondón
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Grupo de lustrabotas -
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