Hace treinta cinco años

Por: Anggie Julieth Gónzales Castrillón

HACE TREINTA CINCO AÑOS

Desde hace 30 años se encuentra allí, aquella esquina donde esta ubicada Drogas la Rebaja en la calle 12 con 3a, con su chaleco rojo que lleva el nombre  “lotería de Cundinamarca” en ambos lados, una escarapela que contiene su información personal, patrocinado por Comfatolima, y un manojo de billetes de lotería; este es Pedro Morales, hombre que hace más de 35 años trabaja en este oficio.

Nació el 1 de febrero  de 1951, tiene  64 años. De tez morena, su rostro refleja el trasegar del tiempo, sus ojos y su frente siempre en alto evidencian su  entusiasmo de seguir, en su boca siempre hay palabras amables, historias, y un buen diálogo con sus clientes,  su cabello no  evidencia muchos sus años, posee una que otra cana que anuncia la vejez, viste de manera informal, jeans, camisa de manga larga y tenis, el atuendo más cómodo para una larga jornada de trabajo.

Todos los días a las nueve de la mañana empieza su rutina. -Cuando decidí iniciar con la lotería empecé en  Bancolombia, allí dure alrededor de cinco años y luego me cambie para esta esquina-.Analizando posibles clientes, sin soltar en ningún momento su manojo de billetes y dispuesto a cualquier tipo de pregunta afirma, -yo  vi que este lugar era bueno para vender la lotería, si no vendía acá, no vendería en otra parte, es un sitio bueno. Llevo en esta esquina  30 años yo llegué aquí y las ventas fueron excelentes, eso es lo que me motiva y me ha tenido en este lugar-. Levanta su mano derecha para agarrar una parte de la reja y sostenerse, muestra su sonrisa y su rostro evidencian agradecimiento dice, -la lotería me ha dado para sostener a mi familia, para darle educación a mis hijos-. Con su postura siempre firme, sin vacilar en sus movimientos, dice, - yo soy de Saldaña- Tolima, cuando vivía en este lugar cultivamos con mi familia arroz, luego de algún tiempo decidimos arrendar el terreno y yo me vine para Ibagué, a ayudarles a unos familiares con un negocio de venta de cárnicos, pero cansado de lo mismo, por iniciativa propia pensé en la lotería como mi futuro oficio-.

 Sus ojos siempre dispersos entre la multitud, cuenta que durante su vida sostuvo dos relaciones, con su primera compañera, tuvo dos hijos, sin hacer referencia de sus nombres, pero con la  mujer con la cual formó un hogar y decidió casarse, por la iglesia católica, tuvo tres hijos, cinco responsabilidades divididas entre cuatro hombres y una mujer, a cuatro de ellos solo les pudo brindar el bachillerato y al menor de quince años, tiene el proyecto de darle universidad, afirma que, -él es el mejor, siempre ocupa los primeros puestos en el colegio, es un orgullo para nosotros, por eso estamos pensando en darle la universidad, además de que ya no tengo la responsabilidad de los demás hijos, entonces tengo la solvencia para hacerlo-. Y sentencia, -la lotería me ha dado lo que necesita mi familia, tal vez no sea mucho pero tenemos los necesario y vivimos bien- su mayor motivación para seguir allí día tras día es su familia, aquellos que lo esperan todas las noches con amor.