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Entre páginas y calles

Por: Xiomara Martínez

 

Él es de piel bronceada y cabello corto, de mediana estatura y ojos negros como el carbón. “Don Pedrito”, como lo llaman todos, nació el 15 de diciembre de 1947 en Pulí, Cundinamarca. Se caracteriza por su amabilidad y su amor hacia sus hermanos e hijos, es simpático, alegre y divertido. Es una persona llena de vida y entregada a su trabajo como vendedor de libros.

 

Pedro Antonio Gordillo Bolaños con sus 67 años de edad, dedica la mayoría de su tiempo a conocer las preferencias de sus clientes para poder conseguir los libros que más desean. “No soy ambicioso, esa es la clave para no fracasar”, es lo que piensa Pedro con respecto a la honestidad en el trabajo.

 

Don Pedrito vive en el centro de la ciudad de Ibagué. Su mayor hobbie es vender, vender y vender, ya que considera que nació para esto. Desde muy pequeño ayudó a sus padres en una pequeña finca, siempre fue unido a ellos y a sus hermanos. Poco tiempo después descubrió su vocación en las ventas y desde entonces vende para complacer a sus clientes. “Es una persona sociable, tratable y aparte de que vende libros, fomenta cultura en los ciudadanos de Ibagué”, así lo describe, Marcela Vera, quien es administradora del restaurante del Hotel Acandí y quien además lo considera parte de su familia.        

 

Es padre de dos hijos, una mujer y un hombre, a quienes con el sudor de su frente, sacó adelante sin importar los obstáculos que la vida le presentara en su camino. Se separó de su mujer hace tiempo pero eso no fue impedimento para seguir su camino y ser la persona que es hoy en día, responsable y trabajadora.

 

Un aspecto aseado y refinado caracteriza la personalidad de este personaje, pues dice que, aunque su familia le compra la ropa, es él quien decide el estilo para simpatizarle a la gente. Tras doce años de estar trabajando en la calle Tercera de la ciudad de Ibagué, como vendedor de libros, expresa que al principio no fue fácil estar ahí, puesto que no falta la envidia que se propaga por doquier. “Con mi forma de ser me gano la gente, la voluntad de ellos”, agrega con voz firme.

 

Son las 2:45 de la tarde y tras el susto por el temblor del 10 de marzo, tengo la oportunidad de hacer una serie de preguntas a Pedro, quien se muestra solidario, después de haberme contado toda su infancia. Como es costumbre, llega con sus libros debajo de sus brazos y saludando de manera muy amable, pues después de tanta insistencia, por fin me concede la entrevista.

El sonido de un pito interrumpe la charla que apenas empieza con don Pedrito, quien no manifiesta desagrado con el ruido, ya que está acostumbrado. “Esos ruidos son normales, aquí se escucha de todo, hasta peleas matrimoniales”, me dice Pedro con tono de burla.         

 

Viste buzo gris, pantalón color caqui y zapatos negros, describe su gusto por los libros, superación personal y “los de moda” (50 sombras de Grey, After, Ladrona de libros, entre otros) llaman mucho su atención. Se considera abierto a nuevas experiencias. En primera instancia gracias a la ayuda brindada por su cuñado político, quien en Bogotá revendía libros usados, don Pedrito llegó a la calle Tercera. “Esto deja lo del diario vivir, pero lo bonito es que vivo relacionado con gente importante por ser una área donde pasan muchos ejecutivos”.

 

En segunda medida explica que su gusto por la lectura se lo atribuye a la escuela, pues aunque pasó poco tiempo en ella, le gustaba leer y releer las tareas que a diario debía presentar. Le gusta la idea de saber que está aportando al desarrollo de nuevas experiencias para quienes compran sus libros. Su cara está marcada por las experiencias, tiene boca pequeña y ojos rasgados, explica de manera ingenua las ventajas que trae este oficio, pues gracias a él, obtiene su sustento diario.

 

Con su aspecto sociable, dientes blancos, cara atezada y sobria, sin ninguna clase de tapujos revela su secreto de la venta de libros. Conseguirlos a muy bajo precio en Bogotá, para poder revenderlos a precio moderado en Ibagué y así obtener buenos clientes y la satisfacción de vender que es lo que le apasiona más que nada. “El gobierno no aprecia mi trabajo pero es la única manera de que el pueblo pueda acceder a libros que en otras partes cuestan más del doble de lo que los vendo yo” asegura con un gesto agradable.

 

¿En qué ocupa su tiempo libre? Con una sonrisa en sus labios y una mirada picaresca, dice: “Desde muy joven me ha gustado vender, pero cuando no estoy trabajando me gusta pasar tiempo con mis hermanos, sobrinos e hijos, pues son el tesoro más grande que Dios me ha regalado”, expresa Pedro con un aire de satisfacción.

 

Se termina tan placentero diálogo con don Pedrito, no sin antes agradecerle por el tiempo prestado y es que la oportunidad que tuve de conversar con él fue una experiencia encantadora, pues fue enfrentar dos mundos totalmente diferentes, él con su punto de vista acerca de la vida y yo con mi propia manera de percibir el mundo.

 

A pesar de que Pedro solo tuvo la opción de dedicarse a las ventas, es un personaje con el que se puede aprender mucho. Las cualidades que embellecen a don Pedrito lo hacen una persona digna de admirar y seguir su ejemplo, en cuanto a su entusiasmo por la vida, su perseverancia por sacar adelante no solo a sus hijos, sino también a hermanos y sobrinos y su voluntad por servir a los demás. 

 

Paisaje sonoro del lugar - por Xiomara Martínez
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Entrevista al vendedor de libros - por Xiomara Martínez
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Nombre: Pedro Antonio Gordillo Bolaños

 

Edad: 67 años, 15 de diciembre de 1947

 

Cantidad de Hijos: dos hijos, una mujer y un hombre

 

Años trabajando en la tercera: 12 años como vendedor de Libros

 

Ventas: en un día puede vender hasta 4 libros como hay días en los que no vende nada.

 

Clientes: tiene bastantes clientes y la mayoría son fijos.

 

Hobbie: Ventas

 

Familia: 20 hermanos.

 

Donde consigue los libros: Bogotá, precios muy bajos

 

Gusto por la lectura: Se lo atribuye a la escuela, pues aunque pasó poco tiempo en ella, le gustaba leer y releer las tareas que a diario debía presentar.

 

Tiempo libre: le gusta vender, pero cuando no está trabajando le gusta pasar tiempo con sus hermanos, sobrinos e hijos.

 

Personalidad: aseado y refinado, sociable, tratable, responsable y trabajador.

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