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Detective a bordo de las busetas de Ibagué

Por: Camilo Aranzales

 

“Positivo” significa “Cierto, efectivo, verdadero y que no ofrece duda”. Esta palabra que no difiere de la definición dada por la RAE es la clave que utiliza a diario Juan Carlos Segura para dar parte a su jefe respecto a su trabajo.

Juan Carlos se dedica desde hace un poco más de dos años al peritaje en los buses urbanos de la ciudad de Ibagué, tiene 31 años, aunque a simple vista pareciera de menor edad debido a su delgada figura. A parte de caracterizarse por ser impuntual, imprudente y con rasgos espontáneos de ascendencia paisa resulta ser  en resumidas cuentas alguien común y corriente. Es habitante de la comuna 8, más exactamente de la Ciudadela Simón Bolívar, vive con su madre y sus abuelos.

 

Todos los días de la semana recorre cerca de diez rutas al azar en busca de infractores, ese es el término que se les da a quienes utilizan la modalidad de “gangazo” para abordar las busetas que a diario transitan por la ciudad, minimizando gastos a causa del pago de una parte del pasaje y a su vez incrementando las ganancias del conductor, debido a que quienes suben a la buseta luego de pedir el descuento, evaden a la registradora que contabiliza la cantidad de pasajeros, por medio de un salto, o en ocasiones ingresando por la puerta trasera, borrando así cualquier registro de la fraudulenta operación, es allí el momento en donde actúa Juan Carlos quien es el encargado de grabarlos con el fin de pasar el reporte a su jefe, quien curiosamente también posee busetas de servicio urbano.

 

Sus elementos de trabajo no van más allá de una cámara digital con cinco megapíxeles para captar el rostro del conductor, la placa de la buseta junto con el número interno y la acción que marcará otro “positivo” en su trabajo, del cual debe pasar el reporte cada dos días, para dicho fin lleva consigo una gorra y una bolsa negra lo suficientemente transparente para que el lente pueda captar las imágenes. La operación comprende en insertar la cámara en la bolsa, para luego colocarla sobre la cabeza y ajustarla con la gorra evitando así que cualquier movimiento brusco la tumbe y lo deje expuesto ante quienes viajan en el automotor.

 

Su jornada inicia a las seis de la mañana, esta es una de las horas pico para llevar a cabo su trabajo, gracias a los escolares que a diario se ahorran unos pesos gracias al “gangazo”. Los diez recorridos le toman aproximadamente 4 horas diarias, la mitad de las jornada laboral establecida en nuestro país, pero con una diferencia bastante beneficiosa para él, ya que el sueldo que devenga mensual está muy por encima del salario mínimo vigente (616 mil pesos), su remuneración por esta labor es de aproximadamente 900 mil pesos.

 

Se inició en este trabajo gracias a un tío quien fue el que lo entrenó y le cedió su puesto en la nómina de la empresa, debido a que una propuesta de trabajo lo llevaría a vivir al exterior, donde reside actualmente. Juan Carlos comenta que es un buen trabajo, con horarios flexibles que le permiten dedicarse a otras cosas, desde vender ropa en el Centro Comercial La 14 a beber una o muchas cervezas con sus amigos luego de jugar fútbol en el barrio.

 

A pesar de parecer un trabajo sencillo ha tenido que aprender a sobrellevar y  convivir con el riesgo que tiene el dedicarse a esta labor, recuerda así aquella ocasión en la que fue sorprendido por un conductor mientras era grabado por él y este, lo encerró impidiendo que descendiera de la buseta, fue así como en una acción desesperada tuvo que llenarse del valor suficiente desenfundar un revolver que su tío le había dado para el trabajo y apuntar al transportador quien al divisar el arma no tuvo más elección que abrir la puerta.

 

“Eso mi jefe no lo sabe, de lo contrario estaría en estos momentos sin trabajo, pues él es de los que nos dice que un investigador pillado es como un pintor sin lápiz, y más sabiendo que los conductores están en la juega con quienes nos dedicamos a esto, ellos saben de nosotros, incluso saben el nombre de la empresa en donde trabajamos y se han empeñado en descubrirnos, pues a muchos de los protagonistas de nuestros vídeos los han despedido”.

 

En la actualidad entre sus planes está comprar una moto y retomar sus estudios de psicología que dejó estancados a causa de la falta de dinero y disciplina que en su momento no tenía, no se preocupa por el dinero a pesar de que no es muy organizado con él, a lo único que le toma el tiempo necesario para planear es a cortejar de la manera adecuada a la compañera de turno con la que lo gastará.

 

Por: Juan Camilo Aranzales Delgado

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