Por: Paula Andrea Chavarro

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      ía Uno

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Son las 12:00 del mediodía. Vanessa Rodríguez observa detenidamente por la ventana del taxi. Ahora está en la Avenida Ambalá No. 28-47: restaurante “Criollos Comida Típica”.  A la entrada se encuentra un gran portón gris. En el letrero se exhiben algunos platos de comida: sobrebarriga, carne asada, costilla BBQ, huesos de marrano, bandeja paisa, chuleta valluna y piquete de gallina. Son 3 los meseros, uno de ellos, el de sonrisa agradable interpela:

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• Buen día, acá le entrego la carta

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Dos años atrás el restaurante era diferente, se oía música colombiana. Ahora sólo los fines de semana  ponen este tipo de música.  Ahora todo se ve muy colonial: encima de la mesa hay una vela aromática dentro de una pecera, allí se esconde una pequeña parte de la iluminación del lugar, en la mitad, acompañado de una pareja de servilleteros. Cada elemento hace parte del protocolo de la mesa.

 

Día Dos

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Hoy el restaurante se encuentra vacío. Camilo establece el orden en que cada mesero atenderá  las habitaciones del local. Todos esperan a que el primer cliente pase por la puerta para prestarle un buen servicio. A las 12:15 del mediodía se siente la presencia del jefe, su esposa  y sus hijos. Uno de los meseros, Pablo, atiende a una joven pareja y les ofrece la carta.  Alrededor de la 1:05 p.m. inicia la entrega de pedidos, tilín tilín un sonido un poco débil pero a la vez fuerte y el jefe con la voz en tono serio, vocifera:

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• Buenas tardes, restaurante Criollos, ¿en qué le podemos servir?

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Así copiando la orden con su lapicero y pasando para la cocina donde el  sonido de la  pitadora se vuelve cada vez más fuerte. El olor de la comida enloquece a cada uno de los clientes que hay en este momento.  De pronto se escucha la voz del chef:

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• Carne para llevar

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Para Camilo es sorpresivo ver que los primeros clientes que ingresan al restaurante son parte de la familia de uno de los jefes del lugar: la señora Astrid. Ella es una de las dueñas del establecimiento, es la encargada de estar pendiente de lo que falta en la cocina, ayuda a empacar los pedidos, jamás utiliza uniforme como los otros. A las 12:45 el señor que cuida los carros se toma un pequeño descanso y camina por el pasillo donde queda el baño.

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Día Tres

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Hoy se vendieron casi 100 almuerzos a domicilio. El día inició con la llegada de los cocineros. Dos jóvenes novios al momento de salir dejaron una propina de 1.000 pesos. Entre las 2:00 y 3:00 de la tarde entran más clientes, es hora de correr. Los meseros ayudaban a empacar y sacar domicilios, otro estaba afuera del local, un tercero en una de las piezas en que divide el local. Entra uno de los clientes fieles. Andrés ya conoce el frecuente saludo del mesero jefe Camilo.

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• Buenas tardes, ¿en qué le puedo servir?

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Otras veces le ha escuchado decir:

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• Buenos días, ¿quiere ver la carta?

• Sí señor

• ¿Quiere que le tome la orden?

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Termina pidiendo unas exquisitas costillas BBQ. Son las cuatro de la tarde. Los meseros se encargan de limpiar las mesas, los chef ya dejan organizada la cocina. A las 5:00 cada quien irá para su casa.