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De los premios de golf, a la cafetera en la cocina

Por: Laura Alejandra Medina

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     uando nombran a Eileen Vargas, lo primero que se me viene a la mente son la decena de títulos y medallas deportivas que ha ganado desde los 7 años en el golf. Pero detrás de los elegantes y sofisticados uniformes deportivos, está una joven con el cabello recogido con una cola de caballo que viste blue jeans, camiseta de colores y zapatos deportivos. Es una mujer alegre y sencilla que inspira la confianza y tranquilidad suficiente para hacerte sentir como si fueras su mejor amigo. Tiene unos ojos grandes color miel y una sonrisa que cambia el ánimo de cualquier persona afligida.

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Cuando estaba pequeña disfrutaba hacerle travesuras a su hermana mayor Paola, le gustaba treparse a los árboles, pasarse de la ventana al techo de su casa en el barrio Piedra Pintada de la ciudad de Ibagué, junto a su hermana Daniela y hacerle creer a su mamá que eran los ladrones. Vivió toda su infancia entre travesuras y bromas de casa en casa con sus amigos de barrio. Su hogar era el punto de encuentro para celebrar con amistades y familiares que muchas veces se quedaban a pasar la noche, para ir a la mañana siguiente a compartir sus triunfos de los torneos de golf en el Club Campestre.

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En el año 2003 se le otorgó el título de Junior número 1 a nivel mundial y que incluía una beca universitaria, por lo que deja la ciudad que la vio crecer para ir a explorar tierras norteamericanas. Estudió en la Pepperdine University y la carrera que más le llamó la atención fue Comunicación Intercultural, ya que según ella, se le facilitaban más las letras que los números. Graduarse de la carrera fue uno de sus mayores retos, en un momento determinado llegó a pensar que sería más fácil alcanzar el título profesional en el deporte que obtener su diploma universitario.

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Recuerda que su experiencia más gratificante fue en el año 2002 cuando tuvo la oportunidad de conocer Japón. Los grandes castillos hechos en oro y los nuevos avances tecnológicos la dejaron atónita. “Admiro mucho esa cultura asiática, en la que no sólo respetan a los mayores sino entre ellos mismos, todo con saludos y venias”.

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Eileen también resalta la gastronomía italiana y los paisajes de Suráfrica, pero fueron los viajes por tantos países y su admiración por los libros de crecimiento personal de Robin Sharman, los que le permitieron tener una mente abierta hacia las creencias y opiniones de los demás.

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Para el año 2008 cuando estaba en su mejor momento tanto académico como deportivo, sufrió un accidente automovilístico. Se encontraba por una de las autopistas más concurridas de Malibú, cuando sintió el estruendo de un automóvil que había chocado la parte trasera del suyo, provocándole una lesión en el cuello. Ese suceso la dejó devastada emocional y psicológicamente,  hasta el punto de llegar a pensar en desistir y dejar atrás años de arduo trabajo. No obstante, decidió retomar su antiguo estilo de vida trabajando bajo presión y dependiendo de sus ganas de seguir construyendo su historia como la campeona mundial de golf.

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Como si no hubieran pasado 28 años, Eileen recuerda en su viaje de regreso a Ibagué, todas las travesuras que le hacía a Daniela y Paola cuando eran pequeñas. Buscando esa unión familiar, surgió la idea de abrir un negocio que pudiera plasmar las sazones más exquisitas del brunch americano, para abrir la mente y el paladar de los ibaguereños. Así nació Barzal, un espacio cómodo, de paredes blancas, ventanales grandes, mesas de madera y sillas azules; que les permite a sus comensales compartir en familia y hacer negocios. Este brunch pretende ser un establecimiento que ofrece a sus comensales especialidades gastronómicas como los expresos, capuchinos y frappés que suelen ir acompañados de tostadas francesas, waffles, parfaits y huevos poché. Su nombre significa terreno cubierto de hierba, que simboliza la fertilidad de la vida y como esta se abre paso en cualquier terreno y adversidad.

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Nunca se imaginó que esa fusión de aromas y sabores del café tolimense la fueran a cautivar y que además, le permitiría encontrar su talento como bartender. Aunque ella, como cualquier colombiano sólo sabía “tomar” café, ha ido aprendiendo a descubrir el cuerpo, los aromas y sabores que le ha dado ese reconocimiento de alta calidad frente a otros países. Eileen, ha contado con la fortuna de rodearse de personas expertas en el gremio, que le han permitido observar el proceso desde que se siembra la semilla hasta que ya se sirve una tasa de tan amargo producto.

 

“No me considero buena bartender yo soy experta en el golf, pero como comensal a través de los años me he dado cuenta como quiero que me atiendan, que me sirvan y que es lo que espero de un lugar”. Por esta razón, considera que el haber vivido tantos años en California, le permitió aprender que no sólo se trata de satisfacer al cliente con los ingredientes y de tener calidad en los productos, sino que el buen servicio y brindar un rato agradable también son la clave.

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Para Eileen y sus hermanas, Ibagué es la ciudad perfecta para desarrollar un negocio, porque apenas se está expandiendo y les está brindando la oportunidad de traer una iniciativa autóctona de la cultura americana. No obstante, este tipo de propuesta ya la ofrecen en otras ciudades del país y por el éxito que han tenido, las hermanas Vargas decidieron apuntarle a la capital musical porque desean que crezca, sea competitiva y genere oportunidades. Eileen se visualiza regresando a Estados Unidos y aunque es incierto su tiempo de estadía en la capital musical, está aprovechando al máximo el proyecto de Barzal.

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Al mismo tiempo estaba organizando la edición 10° del torneo de golf Eileen Vargas, que se llevó a cabo el pasado sábado 9 de septiembre en la Corporación Club Campestre de la capital del Tolima. El Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué apoyó económicamente a la fundación “Semillas para un futuro mejor”, para llevar a cabo el evento en el que participaron 160 golfistas divididos en tres categorías; la primera es hándicap, que son las personas con mayor nivel;  también hay un grupo de golfistas que están iniciando en el deporte y una categoría de damas con el propósito de involucrar a la mayor cantidad de deportistas posibles.

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“Cada vez más es que te das cuenta que son las cosas pequeñas las que hacen que disfrutes la vida”. Su prioridad siempre ha sido su carrera como deportista, pero decidió poner una pausa para disfrutar de Barzal. Desde hace dos meses, Eileen se ha encargado de la gerencia, las relaciones públicas, el manejo del café y la preparación de bebidas. El primer reto a nivel comercial, fue tomar la decisión de abrir el local, ya que aún faltaban cosas y tenían nervios de la recepción que tendrían siendo nuevas en la industria gastronómica.  Pero fue la experiencia de sus padres, quienes tuvieron su propia empresa textil en la ciudad, lo que les ayudó a tomar la decisión de abrir el establecimiento. Los productos hechos en casa y el café de su propiedad realizado por una marca tolimense, le han permitido un posicionamiento y aprobación por parte de los ciudadanos.

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Las hermanas Vargas tienen planes a largo de plazo de distribuir su marca de café y abrir franquicias alrededor del país. “Aún tengo muchos proyectos con el golf, deseo continuar con mi carrera. Este año y el próximo son de transición, esperando para desarrollar coaching para niños y adultos que quieran explorar el mundo del golf”. Eileen, espera en un futuro lejano encontrar un compañero sentimental con el cual pueda conformar una familia, de numerosos hijos y nietos a quienes pueda contarle sus experiencias y travesuras, posiblemente viviendo en Ibagué o en otra ciudad del mundo que le brinde tranquilidad.

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