Por: Leonardo Silva.
¿Quién es ella?, ¿por qué está aquí?, eran preguntas que nos hacíamos Valentina (una compañera de El Club de Periodismo del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué) y quien les comparte esta historia. Historia que surgió de la siguiente frase: ¡Hay que entrevistarla! Había que hacerlo porque eso no se ve todos los años. En medio de tanta bota y camisa negra, estaba ella.
Luego de pasar la requisa en la entrada de prensa, (una revisión a la maleta buscando objetos corto punzantes, además de comida), unos 15 pasos, a la izquierda, el fondo promocional de Ibagué Ciudad Rock (a blanco y negro) donde todas las bandas posaron para periodistas ‘disfrazados de fans’. Más adelante, la tarima. Cubierta por detrás por una tela negra y en la esquina, unas escaleras que dieron paso a fotógrafos, organizadores, vocalistas, guitarristas, bateristas y uno que otro más.
Arriba, un hombre que viste bermuda y tenis grises, gafas negras y porta una tabla con hojas de las presentaciones y quien agradece por la presencia. “Antes nos miraban por encima del hombro. Ahora tenemos agrupaciones grandes, fuertes”, dice el Vago Villa, presentador del Festival, y quien asistió en otras ediciones con su banda.
Mientras llegan más personas, se arman líneas horizontales de hombres y mujeres frente a la tarima, son cerca de 40, esperan a que Ritmofilia, banda local, abra nuevamente como en 2014, el segundo día del Festival.
Ritmofilia tiene un proceso de 6 años en los cuales se dieron la posibilidad de incursionar en distintos géneros. Actualmente están concentrados en el Nu Metal. En sus inicios, 3 personas componían la agrupación, de ellas, sólo quedan dos. Y a medida que el tiempo transcurre, se fueron uniendo más instrumentos: bajo, guitarra, batería y voces.
‘Con Ritmofilia muchas veces buscamos desahogarnos. Hay un dicho de un gran maestro que dice: ‘El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es una opción. Tú decides, reprimes ese sufrimiento y lo vuelven canciones’ dice un muchacho de cabello negro, camisa manga larga a cuadros, jean y gafas.
‘Para todos ustedes y los alter ego que los acompañan’. Juan Manuel Suárez es la voz principal, quien hace la gestión y escribe la lírica en compañía de Eros Castaño, el otro vocalista de la banda. Menel, como le llaman, empezó escribiendo canciones a los 7 años para el género rap. Señala que piensan grabar un DEMO, que contenga 6 temas y proyectarse para hacer una gira nacional. Valora la posibilidad de asistir a las ruedas de negocios y también, hacer un videoclip.
‘Ritmofilia’ no existe en el diccionario, pero de acuerdo a Juan Manuel “es etimológicamente coherente”. Tras varias pruebas con diferentes palabras, el grupo decidió quedarse con ese nombre porque abarca e identifica la música de la banda.
“Ritmofilia es una familia que no discrimina los sonidos y las ideologías. Parte de la música como el hip hop, el rock y el metal. A partir de allí, hacemos una fusión con el fin de hablar sobre el alter ego y buscar depurar las aflicciones del ser humano; convertirlo en algo bueno y hacer canciones”, dice Menel, con un par de gotas de sudor en la frente.
Mientras Ritmofilia sigue tocando hay una mujer con pantalón color café, blusa blanca, cabello gris con un mechón blanco, parada frente a la tarima, justo detrás de las vallas que dispuso la logística del evento. Es la abuela de Juan Manuel, estuvo hace 4 años en las Piscinas Olímpicas, escuchándolo. Dice que la presentación estuvo buena y que es algo diferente. “Hay personas que les gusta y otras que no. Es bueno escuchar y ver todo”, declara la mujer de 70 años que está desde la 1:30 de la tarde pero a quien no le gusta los pogos.
Al costado izquierdo está su hija, madre de Menel, y quien se enteró 15 días antes del evento, que su hijo estaría nuevamente en Ibagué Ciudad Rock. Es la persona que siempre apoya sus ‘locuras’. Dice que las letras están inspiradas y traen un mensaje especial. Otras, no las entiende y se ríe.
“Me parece maravilloso que la Alcaldía se ponga en los zapatos de los jóvenes y les otorgue una oportunidad como esta para que se expresen, que canten y lo hagan sanamente” afirma en medio de la presentación de Valum. No sólo está ella. También está su otro hijo y la prima. Lo apoyan con el fin de que continúe creciendo profesionalmente y personalmente.
Antes de irse, afirma: “La música es para unir y no busca distinción de sexo, raza y edades. Va más allá. Es una expresión humana. Ante este mundo de grandes dificultades nos deja ver la sensibilidad que tiene el hombre y la misión de construir algo en conjunto. Y la música nos permite hacer eso”.
Despedimos a Ritmofilia, por favor, con un fuerte aplauso … dice el Vago Villa.
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