A la fresca sombra de una palma real
Por: J. Hernández Parra y Katherine Quintana
El sonido de la máquina de coser crea su propia melodía. Unen con fuerza los hilos de la tradición y una era moderna… juntos se hermanan para enseñarnos una manera muy particular de ganarse la vida.
​
Tolima, un territorio multicultural y dueño de muchos atractivos; su gente, sus paisajes, sus diversos climas y dentro de sus tierras la Capital Artesanal de Colombia, un lugar donde el barro y la palma real se re-significan y mutan su forma en nombre del arte.
Siguiendo la ruta del sonido de la gran tambora y antes de llegar a la inmensidad de los campos arroceros, se vislumbra un lugar en el que la familia y las costumbres son lo esencial. Un espacio de un clima tan caliente que en momentos parece querer sofocarnos, un antiguo territorio que siempre se encuentra a la espera de sus hijos, pero como todo buen padre recio, no da problemas sin tener soluciones, ante su abrasador clima brinda las laderas de un río con nombre de mujer, el Luisa, el cual ayuda a mitigar tan arduo calor. Este lugar es El Guamo.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
A 72 kilómetros al suroriente de la ciudad de Ibagué, se moldean artesanías que narran historias, relatos y mitos de un pueblo pujante. Un espacio en el que el folclor posee un lugar privilegiado entre sus costumbres, donde una fiesta religiosa conocida como Corpus Christi permite la comunión de un ser supremo con deidades demasiado terrenales, donde el llamado de la Iglesia Católica tiene fuerza similar al llamado de los placeres brindados por el licor, donde los matachines le abren espacio “al Mohán” con su eterno chicote y “el Mandingas” es capaz de asustar de muerte a aquellos malos hijos. En este lugar son los jueves los días de mercado y en su plaza, es muy fácil encontrar estantes repletos de bizcochuelos y del infaltable tamal. Es este un pueblo de los denominados “calentanos”, en los que el folclor no solo se remite a las fiestas del San Juan y el San Pedro, allí, el folclor y sus vertientes son un estilo de vida.
​
Este territorio firme y acogedor, inmerso entre el folclor y la historia de un viejo Tolima, vive enamorado de la mujer, de sus bellos encantos y de su dulce voz. Y son precisamente las manos delicadas pero firmes de la mujer guamuna las que le han dado el rótulo de Capital Artesanal a este municipio.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
Sin duda alguna, una de sus principales materias primas es la palma real; con esta se tejen infinidad de artesanías que tienen su origen en la naturaleza misma. La “Attalea butyracea”, como se le conoce científicamente a esta planta, crece de manera silvestre, posiblemente sea considerada como una especie de maleza, pero el pueblo guamuno supo encontrar, entre sus hojas, el inicio de un nuevo proceso en el que con un hábil tejido acompañado del ingenio logran obtener piezas de arte únicas e irrepetibles. La palma real se muestra como una especie bastante promisoria y de gran importancia para la comunidad de El Guamo y de algunos lugares aledaños del centro tolimense. Allí, la fibra que se obtiene del cogollo de la palma, es el principal insumo de la elaboración de artesanías y del producto insigne de estas en dicha región, el Sombrero Guamuno. Audio 2
​
​
​
​
​
​
Esta planta, aunque goza de una vital importancia en este sector, no posee terrenos específicos para su siembra, se da en cualquier parte de este basto terreno, y tal vez sea por esta razón que su tala es una constante en el municipio. La industria arrocera, grande en el Tolima, y la ganadería han abarrotado la mayoría del terreno de El Guamo, allí, la palma real tiene poco espacio. Resulta bastante paradójico el pensar que aquella materia prima tan representativa para la región no se obtenga de forma principal en este lugar, pero eso a su vez ha ampliado la forma de comercio que gira en torno a este tipo de artesanías, Ortega y Olaya Herrera, dos pueblos más al sur, se revelan como la gran alternativa para que la tradición artesanal continúe. De estos lugares se obtiene la mayoría de hojas de palma real que posteriormente serán convertidas en cinturones, abanicos, trajes, sombreros y muchas más creaciones que permita el ingenio y la habilidad de los artesanos.
​
​
​
​
​
​
Dora María Candia es bastante reconocida en El Guamo. Ella es una de esas artesanas que han ayudado a difundir la fama de las creaciones con palma real. Dora, lleva casi 60 años dedicada a la fabricación de objetos artesanales, un oficio que aprendió de su madre y esta a su vez de la suya. Dora María Candia asegura que sus abuelos fueron los primeros artesanos de la palma real en el municipio, que aquella tradición familiar y el amor hacia las artesanías, le han permitido obtener esa experiencia en el manejo de la palma real para distinguirse, tal vez, como la mejor artesana en este producto. Una experta.
​
Estas afirmaciones se notan claras y muy ciertas, basta con teclear su nombre en uno de los buscadores de internet y se podrán observar diversos textos, artículos, entrevistas y otros productos periodísticos que dan fe de sus palabras. Sus creaciones han trascendido las barreras fronterizas, no solo de su municipio o del departamento, incluso las fronteras nacionales. Su nombre se ligará con especial necesidad de forma permanente desde hace mucho tiempo con la representativa artesanía en palma real de El Guamo, al hablar de estas no se podrá omitir el nombre de Dora María Candia.
​
Ella, como la gran mayoría de los artesanos, se dedica a esta labor de manera independiente. Esa independencia les permite libertades que otros tantos no pueden obtener, libertades en horarios de trabajo, libertades en la distribución y comercialización de sus productos. Pero en ocasiones esta libertad laboral va de forma constante con la inestabilidad económica, y en otras tantas ocasiones, con problemas financieros que obligan a buscar una fuente de dinero más estable, las arroceras por ejemplo.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
A la ya complicada labor de las artesanías se le suman otros inconvenientes, las ineludibles épocas de “vacas flacas” y el mal pensamiento colectivo de que las artesanías deben ser baratas, desconociendo el trabajo que existe detrás de todas y cada una de estas. Sin embargo, en El Guamo existe ya hace algunos años una asociación que reúne artesanos en pro de ayudas y beneficios relacionados con la confección y elaboración de artesanías, ASOPALGUAMO, cuya representante legal es Sol Ángel Briñez, una artesana por vocación y también por tradición.
​
ASOPALGUAMO se ha mostrado como una solución para aquellos artesanos de palma real del municipio que realizan sus actividades sin la ayuda de equipos modernos, algo así como artesanos que realizan su trabajo de forma más artesanal, suena un poco extraño pero no se debe desconocer que las ayudas modernas permiten una elaboración más ágil y, si se quiere, con menos esfuerzo del requerido sin estas. La asociación ha ayudado a varias familias con la obtención de máquinas de coser, a algunas otras a cambiar sus antiguas máquinas por otras nuevas y también con la implementación de constantes talleres que permitan a los interesados aprender nuevas técnicas en la fabricación de artesanías en palma real.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
La elaboración de dichas artesanías se da en diversos lugares del pueblo, pero todos sus habitantes coinciden en que el barrio El Carmen, es el lugar donde todo tuvo su origen. En este representativo barrio se pueden encontrar familias enteras dedicadas a la elaboración de las artesanías y a la mayoría de los procesos que esta requiere, con excepción de la recolección de los cogollos de la palma real, allí es común encontrar en los andenes de las casas las hileras de hojas secándose a merced del inclemente sol guamuno. O también resulta muy fácil observar a personas que vuelven esas ya delgadas tiras de hojas en tiras aún más delgadas que permitan una manipulación más sencilla de las mismas, este proceso es bastante llamativo, pues mientras uno puede ver a la persona dedicada a este oficio realizar un constante movimiento de corte, el sonido que de allí se desprende es dueño de una melodía bastante hipnótica y atrayente. En fin, en este barrio se pueden encontrar no solo a los artesanos del producto final sino a aquellos que realicen labores menos técnicas. Dora Candia tiene allí su taller y residencia.
​
​
​
​
​
En El Guamo existe una gran cantidad de familias que viven y se lucran de la actividad artesanal. Una de ellas y tal vez la más representativa es la familia Briñez Quintero, una familia de larga tradición en la artesanía de palma real y de la cual una de sus integrantes lidera las actividades enmarcadas por ASOPALGUAMO. A esta asociación se le adhieren otras 24 familias entre las cuales se reparten de manera equitativa el trabajo que llega a las puertas de la asociación. “la idea es que el trabajo que llegue se reparta entre todos, que todos podamos trabajar y así formar el sustento de nuestras familias” asegura Sol Ángel Briñez. Estas 25 familias están establecidas dentro de una organización, pero en El Guamo hay muchas otras dedicadas al mismo oficio.
​
La familia Briñez Quintero tuvo la iniciativa de conformar dicha asociación. La conformaron y establecieron toda la documentación legal para su creación.
​
La asociación que congrega a los artesanos de palma real tiene como gran propósito el exaltar las creaciones de sus integrantes y con eso, a su vez, efectuar la promoción de las artesanías de palma real, bien sea dentro de su municipio o a lo largo y ancho tanto del territorio departamental como del nacional. Como asociación establecida de artesanos participan de diversos encuentros exponiendo sus creaciones, “nosotros vamos a donde nos inviten” menciona Sol Ángel dibujando una sonrisa en su rostro. Y es precisamente a raíz de estos encuentros que surge la idea de realizar un festival que tuviera características similares a las hechas en otros lugares, un festival que fuera del municipio y enalteciera la artesanía lugareña, entonces nace el festival de la Palma Real a realizarse en el mes de marzo, en el que se exhibían las ya bien conocidas artesanías de este material, pero en el que además, se le permitía la participación a artesanos foráneos para mostrar trabajos en otros materiales a la gente del pueblo. Al apostarle a la diversidad se estaba logrando un acercamiento más firme con la comunidad y se estaba potenciando una mejor economía de sus productos.
​
Casi todos los artesanos coinciden en que la mejor época para incrementar sus ingresos se da en las fechas cercanas al festival folclórico del San Juan y del San Pedro, desde mayo hasta julio. Son las fiestas de mitad de año las que le dan ese toque especial al clima colectivo e impulsa las ventas de sus creaciones. Sin embargo, advierten que la implementación del Festival de la Palma Real les ha ayudado a que el fuerte de sus ventas se dé en la temporada que comprende los meses de marzo, abril, mayo, junio y parte de julio.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
Aquellas ganancias de las que gozan los artesanos del producto final también son compartidas con quienes realizan la venta de los insumos y de los tejidos. En un estudio realizado por Carolina Cocomá Reyes, en una tesis de grado para la Pontificia Universidad Javeriana en el año 2010, se establecían algunos precios para las artesanías y demás derivados de la palma real.
​
Tabla 1. Precios, en pesos colombianos, para la fibra y algunos productos procesados de Attalea butyracea.
​
​
Productos Precios ($)
​
​
Palma cruda (moño o atado) 500
​
Palma cocinada (moño o atado) 1000
​
*Corte tejido (sin color) 1500
​
*Corte blanco liso 1300
​
*Corte tejido a color 3500
​
Orillo grueso (3 escobas) 1500
​
Sombrero 7000
​
Pavas (sin ondas) 12000
​
Pavas (con ondas) 25000
​
Bolsos 30000
​
Escoba grande 3000
​
Escoba pequeña 2000
​
Limpia telarañas 7000
*Corte: 10 brazadas (12 a 15m de largo)
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/8506/tesis464.pdf?sequence=1&isAllowed=y
​
Estos datos muestran que las artesanías realizadas en este material tienen un costo relativamente bajo ante el mercado. Desde el año 2010 a la fecha los precios no ha cambiado mucho, los artesanos reconocen esto y argumentan que en ocasiones las ganancias no corresponden a la medida del trabajo.
​
La Gobernación del Tolima durante estos últimos tiempos ha tratado de incorporar las diversas tradiciones de las distintas poblaciones del departamento dentro del marco del Festival Folclórico realizado en la ciudad de Ibagué. Para las artesanías fabricadas en palma real el día escogido por la administración departamental es el 23 de junio, un día antes de la fiesta de San Juan, se le denomina a este el Día del Sombrero, en él, se entretejen una serie de vitrinas que los artesanos aprovechan muy bien para la exhibición de sus productos y la consecución de algunos contratos que permitan ampliar sus ganancias dentro de esta actividad económica. Es allí donde se han encontrado nuevos espacios para dar a conocer sus creaciones y mostrarlos, no solo como artesanías, sino como productos que pueden tener su espacio dentro de zonas industriales.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
Aquellos productos fabricados en palma real parecieran tener una conexión permanente con el campo, pues una gran parte de sus consumidores son personas dedicadas al agro. Las grandes extensiones de tierra que posee el Tolima y los recios climas que le invaden, permiten la vida de aquellas fabricaciones que empezaron a tejerse en las venas del barrio El Carmen. Las artesanías de El Guamo siguen teniendo trascendencia dentro del departamento y para aquellas épocas en las que las fiestas no podrán permitirle las ganancias deseadas a los artesanos, siempre habrá un producto tan propio del municipio que les ayudará a sobrellevar las duras temporadas como el duro clima del centro del Tolima, un producto muy autóctono y tan lleno de folclor, el sombrero hecho con palma real. El sombrero guamuno.
​
​
​
​
​
​