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Estaba completamente segura de que iba a ganar, “cuando tú le pones la voluntad, la pasión y cuando te gustan las cosas te saben y te salen… todo el mundo me apoyaba, yo era la favorita, se me subió de cierta forma el ego”, y antes de que llamaran a las finalistas Camila ya había pasado al frente. Su seguridad era notoria, el apoyo del público completaba su confianza y solo esperaba que dieran el veredicto final del Reinado Municipal del Folclor en el 45º Festival Folclórico Colombiano para obtener su corona, por la cual había luchado tanto. Aunque con ese resultado muchos quedaron inconformes porque era notables que legalmente las niñas no ganan. “Yo era yo voy a ganar, yo voy a ganar y no gané”.
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Empezaron a nombrar a las niñas y escuchó “tercera princesa señorita comuna 4”, ni ella ni nadie de su público podía creerlo, todas las personas que fueron a apoyarla, patrocinadores, vecinos, amigos y familia, estaban inconformes con ese veredicto y querían hacer algo al respecto, pero fue imposible, era un decisión que ya había sido tomada. Su mamá asegura que aquellas niñas que el público esperaba como reina y virreina quedaron de princesas y quienes debían ser princesas obtuvieron el premio mayor. Tras un arduo proceso y una lucha constante por cumplir ese sueño fue difícil asimilar ese resultado, Camila duró triste una semana, pero en este momento ya lo asume con mucho orgullo, y su mamá al igual que ella, está completamente segura de que era la reina, pero lo importante es hacer las cosas limpias, y tener la conciencia tranquila.
Desde muy pequeña soñó con pararse en la Concha Acústica para bailar El Contrabandista, y cada que veía las reinas en las carrosas en las fiestas de San Juan y San Pedro le decía a su padre Fabián Barragán “Papi yo quiero ser reina, yo quiero estar en una carrosa”. Un sueño muy difícil de lograr, con mucho trabajo y dedicación detrás, pero no imposible de alcanzar. Con la ayuda de Jorge Ortiz su preparador como reina y modelo, logró convertirse en tercera princesa del 45to Festival Folclórico Colombiano y en princesa en el 18 Reinado Internacional de la Cosecha Llanera, el pasado 2017.
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Camila Fernanda Barragán Gualtero de 21 años es estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Tolima y la presentadora oficial del programa CeroX3. Su mayor sueño era ser reina y aunque no consiguió este título como tal, adquirió diversos aprendizajes acerca del folclor y se transformó en una mujer más fuerte durante este proceso, pues se dio cuenta que puede lograr todo lo que sueña. Convirtió su preparación en un estilo de vida durante los tres meses anteriores al reinado, mantenía en un trote diario y debía hacer rendir el tiempo para lograr todo lo que implicaba convertirse en reina; todo fue muy complicado en un inicio pues únicamente contaba con la ayuda de Jorge, y una vez su familia la vio tan involucrada y entusiasmada decidió apoyarla, consiguió diferentes patrocinadores que la impulsaron y la ayudaron a mejorar su aspecto físico con masajes estéticos, diseño de sonrisa, peinados y maquillajes.
Camila viene de una familia de reinas, su hermana mayor fue reina en la Universidad Antonio Nariño, la hermana y sobrina de su padre fueron reinas en las fiestas del Retorno en Chicoral, así que puede creerse que es una ‘tradición’. Para ella el reinado más difícil fue el del folclor, primero porque no tenía ninguna experiencia y la preparación es más exigente, pues no solo incluye lo físico sino aprender a tocar algún instrumento, aprenderse los bailes representativos del Tolima y específicamente de la región la cual vayan a representar, conocer su historia, cultura y de igual manera tener conocimientos actuales acerca del lugar; mientras que en un reinado de belleza solo se enfoca en el aspecto físico, por este motivo Camila asegura que “Las reinas de folclor son unas tesas, unas duras”.
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Tras la preparación de cada reina está su chaperona, quien se encarga de guiarla y ayudarla en todo este proceso, y Camila no pudo tener a alguien mejor para este trabajo, porque ¿qué mejor chaperona que su propia mamá? Martha Gualtero era un acompañamiento permanente en cada actividad que la Srta. Comuna 4 realizaba, estaba pendiente de cada necesidad que ella tuviera, “en un morral una chaperona tiene que cargar una droguería, nodrizas, aguja, hilo, botones, de todo eso hay que tener, que una pinza, maquillaje. Entonces el papel de la chaperona no es únicamente de la ropa y eso, si no estar pendiente en cuanto a su comida a sus necesidades, que mamá se me quitó, se me rompió, se me perdió y cómo se pueden arreglar esas cosas… se carga de todo y no solamente a ella porque uno le puede ayudar a las compañeras.”
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Una vez Martha vio tan decidida a Camila por cumplir sueño, tomó la decisión de ser la chaperona de su hija. Inició por la alimentación, así la belleza no sea un tema de tan alta relevancia en el Reinado del Folclor, hay que incluirlo, por ende Camila debía mejorar su manera de comer, además, de una u otra forma todo está ligado aunque “lo bonito de una persona no solo está en el físico” afirma su mamá. En un principio Martha pensó que Camila iba a rendirse porque tenía una rutina diaria demasiado agotadora, era ejercicio, baile, instrumentos, estudiar la historia del folclor, la universidad y sin dejar a su familia a un lado; los ensayos eran hasta altas horas de la madrugada y al día siguiente debía madrugar, pero todo valió la pena y al final pudo sacarlo todo adelante. Su mamá asegura que “todo en la vida de Camila se ha ido empatando, la vida le ha dado sorpresas que ella ni esperaba pero todo al final es con un objetivo, uno cree las cosas imposibles pero cuando se mete en ellas es posible”
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Luisa Lozano es su mejor amiga, quien tiene un pensamiento totalmente distinto al de Camila, pues para ella el tema de los reinados solo equivale a “estereotipar la belleza y que alguien más te califique por ser bonita o no” y aun así la estuvo acompañando durante todo el proceso y fue quien la presentó con Jorge Ortiz, su preparador. Lo que Luisa más temía era que su mejor amiga cambiara y la fuera a hacer a un lado, “yo muchas veces le dije que no estaba de acuerdo, porque no me gustaba que le dijeran ‘eres bonita o eres fea’ porque sí, porque qué es ser bonito y qué es ser feo, entonces como que siempre hubo ese choque, era un algo muy banal para mí”, aun así fue más grande el cariño que se tienen la una por la otra que ella siempre estuvo presente; y ya una vez estuvo más implicada con todo el proceso de Camila se dio cuenta que hay muchas cosas detrás de lo que se ve, y que se han cambiado algunos estigmas respecto a los reinados, pues hoy en día las reinas deben estar preparadas, deben tener un mínimo de estudio y ciertos conocimientos culturales e históricos, acerca de la región que representen y del lugar en el cual vayan a participar.
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En la academia Arte y Ritmo, con el grupo Danza Folclórica de Armero, el maestro Gildardo Aguirre fue quien la ayudó con su proceso de baile durante dos años antes del reinado y los conocimientos históricos y actuales sobre el folclor durante el reinado. Camila mencionó “Siempre me había gustado bailar pero nunca lo había hecho, ya uno está muy grande para aprender a bailar y habían niños chiquitos que cogían los pasos muy rápido, así que fue muy dura la preparación, duraba una o dos semanas aprendiéndome un paso y siempre llegaba a mi casa llorando pero ahí seguí y seguí.” Camila empezó en la academia porque le gustaba el baile, quería aprenderlo y sabía que era uno de los puntos de mayor relevancia para lograr su sueño, y no fue nada fácil aprender a seguir y escuchar la música que debe ir al compás de sus pasos y como ella dijo cuando existe un pre-saber es aún más difícil puesto que uno está predispuesto a realizar los movimientos que ya se saben.
Los bailes tradicionales son muy técnicos y los movimientos de las reinas comparados con el de las bailarinas resaltan demasiado, por este motivo al momento del reinado Camila decidió retirarse de la academia, pues todo era totalmente diferente y “ambas culturas se chocaron” por lo tanto se quedó con el entrenador que le había dado el municipio, Luis Gabriel Guzmán. Él se encargó de enseñarle todo lo que le hacía falta como reina, de darle los ánimos para seguir y fue su parejo durante el reinado. Mientras se encontraban en los ensayos Camila sufrió porque sus entrenadores de instrumentos y comparsa la hacían a un lado por irse con otra candidata, le cancelaban sus horarios de entrenamiento o simplemente no llegaban y quien se encargó de estar ahí dándole ánimo durante sus prácticas fue su parejo.
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Aunque tenía el ranking necesario y el apoyo de muchas personas el resultado no fue el esperado, y aun así Camila es feliz con su logro, “es muy rica la experiencia, cuando ya sales es que empiezas a decir lo bueno porque en el momento todo es feo. Si hay algo en la vida que me enorgullece o quisiera repetir son los dos reinados, más que todo el primero, en el primero yo no sabía hacer las cosas, yo creía que todo era muy limpio”. Entre más se acercaba el día de la coronación era más evidente para Camila la ‘rosca’ de los entrenadores; ella sufrió porque sus preparadores y la comparsa la hacían a un lado por irse con otra candidata, le cancelaban sus horarios de entrenamiento o simplemente no llegaban, y debía estar preparada para que la llamaran a cualquier hora para poder practicar y prepararse, las 4 horas que ensayaba de cada cosa (instrumentos, danza) pasaron a ser 2, era más difícil ensayar sus instrumentos (percusión) porque se los prestaban a la otra señorita, los bailarines no se concentraban en sus pasos y Camila estaba cada vez más decepcionada sin saber si continuar o no, como dice su mamá “muchas veces la dejaron vestida”.
Mientras más involucrada se encontraba en el reinado más apoyo tenía de su familia, vecinos, amigos pero especialmente de su mejor amiga, entre más cosas lograra, Luisa se sentía más orgullosa, y cuando Camila creía no poder más ella se encargaba de darle los ánimos y las fuerzas necesarias, “yo siempre he dicho que uno no puede crecer solo, de cierta manera uno no llega a la cima solo, y yo siempre he dicho así suene feo que siempre vas a necesitar de alguien… entre más sientas que te vas a rendir es porque ya casi estás llegando.”
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Y así como Luisa lo señala cuando Camila creía no poder más porque estaba agotada físicamente, sus ensayos eran cada vez más difíciles, le cancelaban sus prácticas, su pies dolían por las ampollas, rendir en su universidad junto con el reinado era cada vez más complicado; las personas más allegadas a ella se encargaban de ayudarla y no dejarla desfallecer a lo largo del proceso, su mamá le daba batidos para que recuperara sus fuerzas, también buscaban baldes en la casa con los que practicaba como tocar y los ritmos a seguir pues Camila tenía su propias baquetas, Martha buscaba cómo Camila debía tocar y los pasos que debía hacer al bailar, sus muestras de baile las practicaba con su hermano y compañeras de la universidad, su grupo de amigas la ayudaba con los trabajos, ella siempre intentaba dar su parte y cuando no podía era la que los presentaba. Al final aprendió las muestras folclóricas a la perfección, tanto así que fue quien mejor bailó El Contrabandista en la Concha Acústica, y a pesar de no aprender todos los instrumentos que ella quería, su presentación instrumental también fue halagada, su preparación finalmente logró ser impecable con la ayuda de las personas que realmente la querían. Poco a poco logró ir saliendo adelante hasta cumplir su sueño, de bailar en la Concha Acústica, pararse en una carrosa, y aunque no obtuvo el título de reina, logró ser princesa,
que es un gran orgullo para ella.
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