

EL CINE COMO ESCAPE A LO COMÚN.
Por: Juan Sebastián Uran
Alegría, llanto, intriga, aventura y acción, esta mezcla de sensaciones son las una buena película produce. Desde el momento en que planeas la ida a este lugar mágico, donde la ficción se vuelve tu entretención por algunas horas, llevándote a lugares que solo allí se pueden hacer realidad, y que en muchas ocasiones pueden ser gran fuente de inspiración y de aprendizaje.
Yo no veo a las producciones cinematográficas como simple entretención, considero que el cine es fuente de enseñanzas para la vida, son experiencias que se reflejan en la pantalla gigante y que pueden servir para la vida, son, en muchos casos rebeliones contra lo establecido, que a nosotros como espectadores se nos pueden quedar para romper un régimen establecido de comportamiento, el cine desde sus inicios fue fuente de enseñanzas, y hoy todavía aprendemos con cada película que vemos.
Desde muy niño he estado rodeado por este mágico mundo, pues mi madre siempre ha sido una gran amante del cine, ella desde que yo tengo recuerdo me llevó a ver películas en la pantalla grande, siempre con la intención de que viera algo distinto a lo que se veía en la televisión, pues ella consideraba que esos programas televisivos no eran educativos y ni siquiera tenían un poco de aventura y magia, distinto al cinema. Esta filosofía en contra de programas de televisión yo la llevó hasta el presente de mis días, pues prefiero una buena película donde puedo soñar en grande y sé que estoy abriendo mi imaginación a nuevas cosas. Además de esto mi tía, que en esos tiempos estudiaba diseño gráfico, siempre llevaba películas a la casa o me llevaba a las presentaciones teatrales que organizaba su colectivo universitario, por ende esto del arte en escena siempre me agradó y el cine fue el mejor mentor para no dejarme enajenar por absurdos que nos quieren imponer. Así es como veo el cine yo, al igual que todas las artes, algo educativo y el cual nos abre un paraíso mental para escapar un poco del sistema que día a día quiere llevarnos a todos por un mismo lado, el cine como escape de lo normal.
Toma Céntrica.
Un día de septiembre con la incertidumbre que nos embarga de saber ¿qué había pasado con los antiguos cinemas de la zona céntrica de Ibagué? Hicimos una toma de esta parte de la ciudad, el centro, con mis compañeros. El primer destino para nosotros era la carrera 12, detrás del edificio de la Gobernación del Tolima, donde nos íbamos a encontrar con el edificio donde funcionó el cinema más moderno de los antiguos del centro, el Cinema Metropol, el cual ahora es un edificio moderno, donde funcionan oficinas de abogados y un parqueadero, eso sí lo único que conserva de lo que fue una sala de proyecciones cinematográficas fue a su guarda de seguridad, el señor Diomedes.
Siguiendo en nuestra búsqueda nos dirigimos a la carrera 3ra, buscando el Teatro Tolima, donde en aquellas épocas funcionaba como cinema, allí los ibaguereños podían pasar ratos agradables, como siempre lo son en el cine. Ahora funciona como teatro donde se pueden ver conciertos, humoristas, conferencistas, obras de teatro, la magia sigue intacta. Estando allí observamos algunas personas de la tercera edad, señores quienes pasan sus tardes entre recuerdos, entre charlas de cómo va de mal e país y recordando que todo tiempo pasado fue mucho mejor.
Con información previa sabíamos que en un centro comercial del centro hubo otro cinema, pero no pudimos dar con el lugar exacto. De igual forma no nos rendimos y seguimos indagando. Llegamos a la 16 con tercera, y sabíamos que allí hubo otro cinema, donde se observaron noticias increíbles atreves de la pantalla grande. Pero allí ahora funciona un almacén muy grande de ropa, esto nos hizo pensar que el cinema que allí existió era grande. Por allí solo se ve pasar mucha gente, muchos carros, vendedores ambulantes a lado y lado de la acera, gritos de los vendedores para atraer clientela. A veces da nostalgia ver esto y pensar que tal vez en aquellas épocas todo era diferente, la ciudad, era más tranquila, ahí cuando pienso en la frase del señor del Teatro Tolima “todo tiempo pasado fue mejor”.
El guardián del cinema
Decidí hacer una toma a este lugar en específico, el Metropol. Con la ilusión de encontrar un personaje que tuviera trascendencia para este lugar. Así fue como el señor Diomedes Trabajador de oficios varios, no solo de este cinema sino de que hacia relevos de otras salas de proyecciones. Pero el Metropol era su lugar predilecto, como cosas del destino, para trabajar, y aun hoy mantener su labor como guarda de seguridad. No hay otra persona que conozca tanto de este lugar como él, pues antes de ser el celador, era el que arreglaba las sillas deterioradas, quizá por la emoción que sentía el público visitante. Además era operador, digamos que era un dueño sin título inmobiliario de este mágico lugar.
Comparo los relatos del señor Diomedes y es que en algunas cosas los cinemas antiguos y los de estos años son similares. La duración de las películas y los conjuntos de familias que iban y van a los cinemas es similar. Pero la llegada de los teatros nuevos dio cabida a las diferencias, diferencias que Don Diomedes notó, fue algo apocalíptico, pues estas salas de cine llegaron con equipos nuevos, mejor sonido e iluminación. Poco a poco vio como las otras salas del centro se fueron vendiendo y terminando, esta venta del Metropol fue la que más le dolió y le duele a Don Diomedes, pues esta ya era su casa, que hacía 22 años lo había acogido, luego de su llegada del campo, como su fuente de ingresos.
El señor Diomedes pensó que jamás volvería a ver este lugar, al cual le había entregado su sudor, su cansancio durante 22 años, a cambio de un sueldo, de historias las cuales contar y de amistades inolvidables. Cuando inician a vender los teatros céntricos de la Musical, el vigilante, Diomedes parte a otros rumbos a seguir en su labor de guarda de seguridad. Allí era más duro el trabajo, por la soledad que era cuidar una edificación en construcción y por los recuerdos de su amado trabajo en el cinema Metropol. Pero estas amistades inolvidables que había creado allí no lo iban a olvidar. Cuando el edificio lo toman nuevos dueños, dejan a la antigua secretaria del cinema, de administradora, ella sabiendo del profesionalismo y del vasto conocimiento del lugar que Don Diomedes tenía, y hoy día conserva, ella no dudaría en llamarlo para que fuera el vigilante de aquel edificio Metropol que entraba en una transición.
Esta noticia muestra cómo han aumentado las cifras de visitantes a los cinemas, esto mismo ha hecho crecer el capital de las empresas que transmiten películas y así mismo la inversión en estas.
El negocio del cinema en los últimos años ha venido incrementando y convirtiéndose en una mina de oro para los inversionistas. Además de recibir ingresos superiores cada año también se incrementan las inversiones para más tecnología en las salas de cine. Sumando a esto la inversión extranjera está cada vez más implícita en el país. Cinepolis una empresa que se basa en la tecnología para las salas de cinemas invertirá gran capital en Colombia.
Con esto se informa a los empresarios sobre cómo está el negocio de las proyecciones audiovisuales, además se muestra las próximas inversiones. Pero esto también abre una gran respuesta del por qué los cinemas antiguos van desapareciendo de las ciudades como Ibagué.
Noticias de antaño
En la investigación para saber cómo se manejaban los cinemas antiguos del centro, la hemeroteca de la biblioteca Dario E. Chandía fue la fuente principal para encontrar varias noticias de periódicos que por esa época rondaban alrededor de los cinemas.
Encontramos las prohibiciones que se les hacían a los asistentes de los cinemas, prohibiciones que se hacían a nivel nacional y que también recaían en los cinemas ibaguereños, como en la noticia “Humo en los cines” donde se avisa a los espectadores que se prohíbe el consumo de cigarrillos dentro del establecimiento y la sala de proyecciones. Esto nos abre dos horizontes interesantes, pues sabemos que en aquellos tiempos fumaban en las salas de cine, para ponerle un ambiente bohemio (si ya le hacía falta más a estos lugares de antaño). Además que a partir de esta fecha se empiezan a impartir estas leyes que hasta el día de hoy rigen en nuestro territorio.
También podemos apreciar que el Teatro Tolima se fue convirtiendo en un lugar de grandes acontecimientos y de los eventos más prestigiosos del momento. Fue cambiando su forma de cinema a teatro de grandes espectáculos y además eventos donde concurría la gente más prestigiosa del momento.
En otra noticia se aprecia que existió un club de cine en Ibagué, no se sabe el lugar preciso, pero cumplía con cada mes proyectar filmes para el deleite del público. Esta noticia cuenta de la proyección de un documental que se realizó sobre el VI Festival Folclórico Colombiano.
En una publicación podemos ver la noticia del surgimiento del cinema del Jordán, el cual podemos ver las ruinas de lo que era este lugar, que salía de los lugares comunes para ver cine en aquellas épocas que era el centro y se ubica en un lugar.
También allí se anunciaban las películas que iban a ser estrenadas, los horarios y a las de más renombre se les daba una publicación para que el público conociera más del filme que iba a ser estrenado. En este caso el Cine Club de Ibagué iba a presentar en el teatro Tolima una película llamada “appasionata”.