


ENTREVISTAS Y DULCES
EL NEGOCIO DE TODA LA VIDA
Por: Daniela Franco Palma
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Jaime Valderrama más conocido como “condorito” es uno de los primeros comerciantes de la calle 12 con carrera segunda de la ciudad de Ibagué. Nació y estudio en la ciudad para después irse al campo a trabajar, pero las ganas de llevar una vida distinta lo llevo a regresarse. Tras 46 años de dedicación a su negocio logro establecerlo como una empresa y llegar a tener lo que hoy en día con 73 años ha conseguido.
Jaime Valderrama un hombre que nació en el año 1943, siendo el mayor de 3 hermanos creció en la ciudad de Ibagué. Realizo estudios hasta quinto de primaria en el colegio Santander ubicado en el barrio el Saldo, una vez termino su etapa escolar decidió irse a trabajar al campo como deshierbado y recolector de café. Caracterizado por ser un hombre carismático, de baja estatura y de piel trigueña toma la decisión tras pasar algunos años en el campo de cambiar de vida y regresar a la ciudad. El deseo fue cada vez mayor, “y aunque en el campo la vida es muy buena y muy bonita de llevar también es un trabajo muy duro de mantener” afirma Valderrama.
El sueño tener un negocio propio se volvía realidad cuando un amigo campesino decidió venderle el local de dulces que hoy día ha llevado a Jaime a tener una casa a nombre de él, así fue como este dedicado hombre comenzó a surgir en el negocio de las ventas de dulces, revistas, periódicos y entre otros en el centro de la ciudad. Pero para llegar a donde hoy se encuentra primero fueron muchas las cosas que tuvo que hacer.
Ya que al llegar del campo su primer trabajo fue como vendedor de periódicos, tenía su cicla para poder transportarse y llevar de un lugar a otro los ejemplares, dice Jaime que los principales lugares a donde repartía estos periódicos era en el Batallón de la policía, a bancos y cuarteles de policías y que en un día podía venderse alrededor de 800 periódicos. “Era una época muy hermosa y aún no había internet, pero después de 40 años con la llegada de la tecnología el cambio ha sido del 100 porciento” Afirma Jaime.
Así fue como “alias Condorito” comenzó a ser reconocido en la ciudad de Ibagué, y logro ganarse el lugar en una de las emisoras que quedaban en el centro de la ciudad muy cerca donde tiempos después logro ubicar su caseta de dulces, revistar y demás productos. “Para esa época el cine había llegado a nuestra ciudad” tuvo la oportunidad de observar cómo era la acogida que las personas tenían hacia el nuevo lugar de entretenimiento, un lugar donde se podían ver las películas de la época que eran más que todo vaqueras y Mexicanas con Vicente Fernández, Antonio Aguilar, Pedro Infante y entre los demás protagonistas de moda en la época.
Valderra con la oportunidad de trabajar frente a este gran cinema que tenía una capacidad para 900 personas pero que aun así quedaba pequeña para todas las filas que se formaban al exterior del edificio, un edificio que en la actualidad es un parqueadero y oficinas de juzgados, acogía a miles de personas diariamente. En ese entonces cuando aún estaba soltero y tenía tiempo para su ocio Valderrama iba a ver las películas de estreno con sus primos y amigos, pero al conocer a su actual esposa, el pasatiempo se convirtió en salidas románticas.
Gracias que pertenecía al ámbito comercial y se encontraba al frente de este cine las administración hacia participe y les regalaban boletas a los vendedores, es así como Jaime recuerda al dueño Álvaro Ramírez de este teatro como un hombre caritativo de buena voluntad y amable ante toda la sociedad.
Y aunque durante años y años disfruto de estos espectáculos y lo que le aportaba a su negocio hace 8 años todo cambio pues la llegada de nuevas empresas obligo a cerrar el magnifica teatro que con tanto esfuerzo había llegado hasta la ciudad, “la clientela no es la misma y el poder disfrutar de un cine para los de nuestra época ya no es posible”.
Aún sigue ubicado en la misma esquina abriendo su local de lunes a viernes de 6:30 de la mañana a 7:00 de la noche con la misma perseverancia y actitud de poder seguir durante unos años más para poder pagar su casa en donde actualmente vive con su esposa e hijo en el barrio Clarita Botero la cual está a pocas cuotas de ser propiamente suya.
Valderra con la oportunidad de trabajar frente a este gran cinema que tenía una capacidad para 900 personas pero que aun así quedaba pequeña para todas las filas que se formaban al exterior del edificio.