

UN PASEO POR EL SÉPTIMO ARTE DE IBAGUÉ



Por: Lina María Bonilla Machado.
Una historia que empezó en los años 50 donde dos personas encontraron el amor a través del arte que invadió toda la ciudad de Ibagué.
El sábado 3 de septiembre del 2016 5 estudiantes de Comunicación Social y Periodismo hicieron una trayectoria por la ciudad en busca de los cines antiguos de Ibagué, aquellos que hace más de 20 años se ubicaban en el centro de la ciudad. Los cuales les daban vida y alegría a todos los Ibaguereños.
En él los años 70 empezaron a verse las películas de vaqueros, en donde su protagonista hombre salvaba a una dama y así conquistaba su amor. Un hombre llamado Oveth Bonilla creyó que la mejor manera de conquistar a una mujer seria por medio del cine, así que él fue llevándola sábado, tras sábado en la tarde a aquel cine ubicado en la carrera segunda N° 11-82 el cual llevaba el nombre de Metropol, Teatro construido hace más de 40 años, desapareciendo en el año 2004 cuando la nueva tecnología empezó a tomar el poder.
Metropol después de 36 años de haber sido construido por el empresario de radio Camilo Raful presento El Ultimo Samurai de Tom Cruise, la cual sería la última película presentada en aquel teatro, donde frecuentaban la mayoría de los adolescentes. Pero para aquella época el señor Oveth ya estaría comprometido con la mujer a la que conquisto en los años 70 en esas mismas salas de cine.
Cuando el séptimo arte empezó a ganar furor en la ciudad musical de Colombia, ya se presentaban aquellas películas como El Gran Gatsby o Los cuatro mosqueteros. Donde solo se podía ver una por función ya que aquellos cines de la época solo contaban con una sala en donde máximo cabían alrededor de 300 personas. En los años 70 estas salas no se llenaban ya que para aquella época muchas personas no contaban con los recursos económicos, pero esto fue cambiando a través de los años cuando el cine empezó hacer más asequible para todo el mundo.
Lo que estos cinco estudiantes de Comunicación Social y Periodismo no sabían es que a través de todos estos cines irían aprendiendo la historia y la fascinación de las personas por este arte que aun invade al mundo. Aquel sábado fue un día cálido para nosotros que caminamos por toda la tercera abajo y de devuelta. Ese día no terminamos todo pues aún nos faltaba escuchar algunos testimonios, así que decidimos parar e ir otro día de la semana.
En ese fin de semana pude percibir el cambio de películas que ha pasado a raves de los años, porque según el señor Oveth las películas de los años 70-80 eran películas machistas, en donde aquellas cintas cinematográficas no contaban con mujeres protagonistas o alguna que fuera la heroína de la película, cosa que actualmente no sucede, las películas que se presentan a diario tiene mujeres protagonistas, en donde ella salva a su familia o adquiere algún poder político o social.
El martes 5 de septiembre del mismo año volvimos al centro a observar el panorama de lo que quedaba de los cines, era un día caluroso fuimos de nuevo a los viejos cines a volver a pregunta a las personas que lo conocían que historia tenia de ellos, nos demoramos unas tres horas en total para terminar igual que como empezamos, sin nada. Al día siguiente hablamos con el profesor que nos aclaró alunas dudas y nos ayudó en el proceso de la escritura. Esa misma tarde empezamos a organizar información, al día siguiente volvimos al centro a terminar de tomar las fotos que nos faltaban y a seguir escuchando historias sobre estos cines.
Los cinco estudiantes de Comunicación Social y Periodismo empezaron a juntar piezas y retomar el tema del cine en algunos años atrás, aquellos cines donde se vendía palomitas de maíz y perros calientes, en donde la entrada era por una registradora como la de los buses actualmente. Estos cines donde su entrada no era costosa pero era un lujo para muchos, incluyendo al señor Oveth el cual obtenía por su mama que para aquella época era enfermera en un hospital, él una tarde-noche del sábado del varano del 74 invito a una hermosa mujer que después se convertiría en su esposa, a ver una película que él no recuerda por que no la vieron, se pasaron toda la película compartiendo su amor, para así finalmente volverlo uno en el futuro.
Al terminar esa tarde del jueves después de pensar muy bien que iba a escribir en esta hoja, me fui a trabajar, a las 9:30 de la noche termine y volví a mi casa, con un clima muy frio que me hacía encoger los pies. Al llegar a casa me senté a escribir y a pensar en cómo dos personas hace más de 30 años se enamoraron por una película que ni siquiera vieron, como en la actualidad muchas personas no aprecian este arte, pero tiempo atrás era un deleite para muchos.