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UNA TRAVESÍA EN EL CENTRO DE IBAGUÉ 

Crónica-Cinemas

 

 

Por: Laura Feria

 

El pasado martes 30 de agosto quede de encontrarme con tres amigas en el centro de la Ciudad de Ibagué para realizar un rastreo y un seguimiento de los cinemas que había anteriormente, era una tarde soleada y hacía un poco de pereza,  mi amiga  Laura Arboleda  me dijo que si podía llegar a la casa de mi abuela para después irnos juntas en el bus. Mientras íbamos en el bus me acorde que mi mamá me había contado  que mi felicidad era infinita cuando me llevó a ver por primera vez una película al Metropol, pues ver una pantalla demasiado gigante era novedoso para mí. No sé por qué, pero en ese momento, se me vino a la mente  “Rocket Power”, una película que me vi, me acuerdo muy bien que cuando me sentaba en la silla del cine, mis piernas solo se movían mientras veía la película, pues era demasiado pequeña.

 Eran aproximadamente las 2:15pm cuando llegamos al centro, como habíamos llegado quince minutos antes aprovechamos el tiempo y empezamos a mirar ropa y a hablar de lo que íbamos a hacer en el centro, en ese transcurso de tiempo me dio mucha hambre y le dije a mi amiga que fuéramos a comer empanada y a tomar limonada en Yet Coctel, que yo le gastaba,  pues nunca la había visto comerse una empanada; entramos al lugar y mientras pedíamos nuestra rica y crujiente comida,  mis otras compañeras llegaron al lugar: María Paula Anaya y Jessica Cruz, no sé cómo llegaron y nos encontraron tan rápido, pues nos habíamos quedado de encontrar en otro lado.

Mientras nos servían lo que habíamos pedido, empezamos a organizar nuestro recorrido y en ese momento mientras hablábamos, en Yet había una foto muy antigua de un teatro que llamaba “Teatro Torres”.  Le pregunte a mi amiga Laura arboleda ¿Bebé cuál es el teatro torres?, le preguntamos a la señora que nos atendió si sabía dónde era la ubicación del cinema, pero no tenía ni idea. Cuando terminamos de comer esa crujiente  y rica empanada salimos inmediatamente del lugar,  pensativas y con mucha intriga de saber dónde quedaba ese teatro que habíamos visto plasmado en una foto.

Salimos del Centro Comercial Combeima aproximadamente a las tres de la tarde para ir al  Metropol, un edificio con oficinas, un local comercial, y  un parqueadero de varios pisos.  Tenía fachada de todo, menos de haber existido un cinema ahí. Entramos y vimos a un celador, José Ospina, un señor muy querido y con delirios de brujo, nos saludó y sin nosotras haberle dicho nada, dijo que éramos Estudiantes de Comunicación Social y Periodismo y que veníamos en busca de información del Teatro Metropol, pero que la única persona que nos podía colaborar era Diomedes Poveda, y que únicamente lo podíamos encontrar a las 7:00pm, apenas empezaba la tarde, así que empezamos con nuestra travesía por el centro de Ibagué.

Teníamos todavía inquietud  sobre la foto que habíamos visto en Yet coctel , así que  caminamos y en la misma cuadra donde estábamos vimos un billar donde habían muchas personas de la tercera edad, le preguntamos a un señor si sabía sobre el teatro y si nos daba la dirección de donde quedaba, él estaba con un amigo, el amigo contesto de una que no existía ningún teatro torres, pero el otro señor inmediatamente dijo que sí, pero que hace muchos años, pues nada de lo que hay alrededor de la beneficencia existía,  nos comentó que el Teatro Torres quedaba en una esquina en la calle 12 entre tercera y cuarta. Él recordó ese teatro con una sonrisa en su rostro,  pues tan solo tenía 8 años cuando iba allá.

Seguimos el recorrido de observar los lugares donde estaban los otros teatros que habían en la ciudad de Ibagué, pero sin embargo mientras caminábamos por la tercera y por la cuarta, insistíamos con saber más del teatro torres, y le preguntábamos a cualquier persona que si sabía la existencia de ese teatro, pero nadie más nos dio información del cinema.

Ahora queríamos saber sobre el Imperial, Al frente de  la Notaria  de la calle 12 3-54 vimos a un señor que vendía dulces, Gustavo Hernández., nos acercamos y le preguntamos si tenía conocimiento sobre este, pero el señor de una forma parca y grosera solo nos dijo que hace más de 15 años trabajaba ahí y el dueño de los teatros era el Sr. Ramírez quien según el vendedor de dulces, la familia Ramírez sigue siendo dueña del parqueadero. Le preguntamos el nombre del Sr. Ramírez pero de una forma alterada nos contestó: “No me lo sé, y si me lo supiera no se los daría”. Hernández nos dio información corta, por consiguiente fuimos a averiguar con las personas que cuidaban los parqueaderos, pero eran muy jóvenes y solo nos dijeron que ya todos habían fallecido.

Empezamos a caminar por toda la tercera y nuestra próxima parada era el Centro comercial  pasaje real, ya que en el local 203 quedaba un cinema “Teatro Real”. Nuestra amiga Laura Arboleda conocía al dueño de un local del primer piso: Miami Express, entramos y le preguntamos al señor Oscar Rubio si tenía idea de ese teatro,  nos contó  que el dueño era Gustavo García, el dueño de la joyería Orient, nos dijo que la única persona que nos podría colaborar era él, entonces fuimos a la joyería a preguntar por Gustavo, pero el celador nos comentó que el señor se encontraba fuera del país, que era imposible encontrarlo.

Seguimos nuestro recorrido y por toda la tercera más abajo del pasaje real nos encontramos a Josep Campos y a William Polo, dos personajes que hicieron alegre nuestra tarde, pues la conversación fue tan efímera que parecía que nos conocíamos desde hace muchos años. William Polo nos comentaba que el Teatro Nelly quedaba en la carrera 3 con 15-16 y  era el que más se llenaba,  pues según él la mayoría de películas eran  para mayores de edad, y la mayoría eran de  XXX (sexo). También nos contó que los días que más se llenaban eran los martes pues era el día que hacían las promociones, Josep Campos sólo afirmaba lo que decía William Polo.

Teníamos que seguir nuestra travesía, ya eran las 4:00pm, bajamos hasta la quince para preguntar por el “Julio Cesar”. Nos dieron muy poca información, pero nos dijeron que ese también se llenaba y que ponían películas de varios géneros, no pudimos ir donde quedaba el teatro porque sucedió un percate con una persona indigente, nos empezó a perseguir y pues yo tenía mucho miedo porque era la única que tenía maletín, cuando el señor nos pidió plata, le di una moneda y no pudimos quitárnoslo de encima después, nos tocó irnos y parar el recorrido. Nos fuimos a la casa de mi amiga Laura Arboleda a esperar que fueran las 7:00pm para poder hablar con Diomedes Poveda quien nos iba a dar información sobre el Metropol.

Eran las 7:00pm cuando  llegamos al lugar, nos encontramos a Diomedes, a primera vista se pudo observar que era buena gente y que estaba lleno de amor y de buena energía. Un gordito, con bigote y bajito.  Le comentamos que nos habían dado como referencia porque él hace mucho trabajaba en ese lugar,  nos dijo que con mucho gusto nos ayudaba y nos contaba sobre el teatro, pero que acababa de entrar a trabajar y que iba a estar ocupado. Nos preguntó si podíamos pasar en una hora, nosotras aceptamos y mientras fuimos a acompañar al novio de Laura a comer Subway, el tiempo se pasó muy rápido.

A las 7:45pm regresamos al lugar y el  señor Diomedes Poveda ya se había desocupado. Todos nos sentamos  en las sillas de Cosechas, la conversación fue amena, le brindamos tanta confianza, que  también nos contó de la vida de él. Empezó a contarnos lo que sabía del Teatro Metropol, nos comentó que hace 30 años trabaja allá. El cinema duró 28 años, pero el dueño se aburrió, pues llegó Cinemark una competencia demasiado fuerte,  los estrenos los enviaban de Bogotá, cuando las películas eran de acción el cine mantenía muy lleno, los días que más se llenaban eran los viernes, sábados y domingos. Los viernes hacían estreno de películas.

  El 31 de Agosto del 2006 se acabaron  los teatros Julio Cesar, Doral, Metropol, Real ya que los dueños eran los mismos: Gustavo Rojas y Nelly Ramírez, la señora era hermana de los Ramírez, de los dueños del “Teatro Imperial”. Ellos no vivían en Colombia, vivían en Estados Unidos en la ciudad de  Miami, los dos fallecieron hace años. Del teatro Metropol sólo queda el corral (la estructura), en ese entonces eran tres pisos, ahora son cinco pisos. Había 2 salas, La mayoría de las películas eran en español, las películas de estreno llegaban principalmente acá.  Poveda nos comentó que El Teatro Nelly era el mismo Doral, le cambiaron el nombre, los mismos dueños del Metropol eran los dueños del Doral, ese teatro era el más grande, tenía capacidad para 750 personas, le seguía el Metropol con 627 personas, después el Julio Cesar con 365 personas y finalmente el Real con 320 personas.

Nuestro día termino con la conversación de Poveda,  y pude llegar a la conclusión que a pesar de que ya no exista ni el rastro de lo que eran los cines en Ibagué, las personas aún tienen memoria y lo que queda en ella jamás se borra, pues esos momentos que pasaron en los distintos cinemas que habían en el centro se quedan en el corazón. 

 

 

 

 

 

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