top of page

La curiosidad mató al cine en Ibagué

Por: Daniel Devia

 

Se dice que en la ciudad de Ibagué existieron más de 7 cinemas, dos de ellos ofrecían cine para adultos. Con el paso del tiempo estos lugares se cerraron y dieron paso a obras arquitectónicas del nuevo siglo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ciudad de Ibagué se ha caracterizado por ser una ciudad en donde el séptimo arte se manifestaba en todas las calles, sus habitantes vivían en un ambiente en donde la pantalla grande dominaba diferentes partes de la ciudad con cinemas que ahora no existen pero que perduran en la mente de muchos ibaguereños. A mediados del siglo XX los cinemas ganaron posición y su obra arquitectónica fue reemplazada por el modernismo. Es importante resaltar y revivir esas historias que permiten a los que no estuvieron pendiente en aquella época. A continución una historia.

Era un jueves primero de Septiembre, Esteban Carvajal se levantó de su acogedora cama con esperanzas de encontrar información, para lo que sería su próximo trabajo periodístico. Él caminó a su comedor y tomó el desayuno en compañía de su madre. Mientras se alimentan con ese cálido desayuno hecho con amor de mamá, se escuchaba de fondo las voces del locutor de noticias más famoso de la ciudad de Ibagué. Él mencionaba los hechos más relevantes que fueron noticias en las primeras horas de la mañana. Cuando de repente, Esteban le preguntó a su Madre, Lina Ospina:

-Madre, ¿recuerda muy bien el Cinema Metropol que quedaba en el centro? Su madre de inmediato le respondió con seguridad y le dijo: - Sí, Esteban. ¿No recuerda que con usted estuvimos dos veces? fue hace muchos años.  Esteban no recordó muy bien las fechas, pero sí tenía presente en su joven memoria de 19 años, las películas que había visto en compañía de ella. Eran las 9:30 de la mañana y Esteban Carvajal se despidió del ser que le dio la vida y se dirigió a su universidad. En el recorrido a píe de 10 minutos, el universitario comenzó a recordar la película que había visto en ese cinema, al parecer tenía que ver con chocolate, una fábrica y un actor de apellido Depp, ya que se antojó de dulces antes de recibir la clase.

Ese mismo día, a las 2:00 de la tarde, Esteban Carvajal encaminó un recorrido al centro a observar y a mirar que podía encontrar sobre ese Cinema que tanto le generaba curiosidad por averiguar más. Luego de que su buseta se demorará una eternidad, para él, se bajó y caminó unas cuadras hasta llegar a su destino. Se instaló en la segunda con carrera 12, frente al edificio en donde quedaba el Cinema Metropol. El ruido de los carros y de los transeúntes decoraba esa típica escena en donde sus recuerdos se hicieron más profundos. Observó el edificio que solo tenía vidrios que hacían que se viera la fachada gris y brillante. En el primer piso vio un típico café de marca y a un establecimiento de jugos naturales, que ofrecían a sus clientes deliciosos jugos en un vaso plastificado y costoso. Entre estos dos locales, encontró un espacio en donde los carros entraban y salían del edificio, como si fuera un edificio para carros y no para personas. Y es allí donde comprendió que ahora era un parqueadero el que funcionaba allí y no un cinema.

Esteban Carvajal dejó a un lado ese lugar y se dirigió a la Biblioteca Darío Echandía a buscar información de ese  cinema. Eran las 4:30 de la tarde y luego de pasar una hora mirando y esculcando en pilares de libros, encontró en una carpeta de noticias antiguas, un recorte de un periódico.  Éste se titulaba “CINEMA METROPOL SE MODERNIZA”, al ver este llamativo título, Esteban Carvajal comenzó a leer detalladamente, lo que estaba impreso en esa hoja de papel amarrilla, amarillo por el paso del tiempo. Él no se daba cuenta de la fecha en que fue publicada esa noticia, no se imaginó nunca que era el año en que los Ibaguereños, se prepararon para decirle adiós al antiguo Metropol, a los 18 días de empezar el nuevo año 2004. Ese adiós que iba a estar representado con la última película que se exhibió en el viejo cinema, la cinta en la que Tom Cruise fue el protagonista en El Ultimo Samurai. Un evento que simbolizó una posible renovación al séptimo arte de la ciudad y que nunca sucedió. A Esteban Carvajal solo  le llamó la atención un apellido que estaba mencionado 4 veces en ese artículo porque le hizo muy conocido. Al llegar las 6 de la tarde, él sale de la Biblioteca y recuerda que conoce a alguien que le puede dar información sobre ese apellido que era recurrente en ese texto.

Ya era el primer viernes de septiembre, Esteban Carvajal optó por contactar a esa persona que confirmaría si el personaje que estaba en el artículo era el que él creía. Y afortunadamente si era. Ese personaje que tanto mencionaban en el pedazo de papel se llamaba David Bajaire, y era el que iba a dirigir el proyecto de la remodelación del cinema. Esteban Carvajal recordó ese apellido porque alguna vez escuchó a una maestra de periodismo que ese famoso arquitecto era su padre. El universitario era consiente que el arquitecto David Bajaire había fallecido pero su señora esposa podría ayudar con información. De inmediato, el contactó a la esposa y quedaron de realizar una entrevista la semana que llegaba.

Al llegar la noche, Esteban Carvajal comenzó a preparar su entrevista para la señora Martha Lamus, la esposa del fallecido arquitecto David Bajaire. Esteban recordó que cuatro días antes, dos personajes pintorescos y veteranos le habían contado a él como era el panorama de los cinemas antiguos de Ibagué. Ahí Esteban Carvajal comenzó a enfocar su entrevista no solo en el cinema Metropol sino en los cinemas en general. Ya que tenía un panorama de cuantos cinemas había en el siglo 20 en la ciudad musical de Colombia. Ese día en que Esteba Carvajal entrevistó esos personajes fue una tarde de martes, en frente de la Gobernación del Tolima, como arte de magia, él encontró a Pedro Sosa quien era el encargado de la Academia de Artes del Tolima y a Gustavo Gonzales Peñalosa Torres, al parecer un periodista de radio porque traía una grabadora y un vozarrón como si fuera el que presentara las noticias de la mañana que escucha a diario la señora Lina Ospina.

Por un lado Pedro Sosa contaba con su voz ya muy adulta y veterana que él en los 70´s iba a los cinemas de la ciudad de Ibagué a cogerle las piernas a la novia.- ¡No se podía más! Dijo el historiador como si fuera un profundo recuerdo. De inmediato con ánimos y en contra del ruido del ambiente continúa sus palabras pidiéndole a Esteban Carvajal que estuviera pilas y que anotara lo que le iba a contar. El estudiante le obedece y empieza a escucharlo. Pedro Sosa se riega con su discurso: “El cinema Tamaná, La Avenida, el Nelly, el Metropol, el Imperial, el Torres o el Teatro Tolima eran los que habían en esa época. El imperial estaba en la 12 con 3ra y 4ta. Yo fui a todos. El Tamaná quedaba donde termina la 4ta con Tamaná, allá daban las mejores películas como la de Cantinflas, Los 10 mandamientos, El Padrecito y entre muchas más. El cinema Imperial tenía un sonido que parecía que uno estuviera en la acción, se llamaba el sonido tridimensional”. De inmediato, Don Pedro Sosa cambió su cara y con un toque de reservado continuó: - “Y si quería ver cine rojo, el que ahora llaman porno o triple x, usted podía ir al Cinema Avenida, el que quedaba en la 21a con 5ta, o en el Tamaná. Y los pobres iban a ver en el cinema Nelly” Termina el historiador dando paso a lo que su compañero  periodista iba a contar.

Gustavo Gonzales Peñalosa Torres prosiguió con el tema y le contó a este universitario, que tenía curiosidad por los cinemas, que en esos espacios los domingos los novios y algunas veces las familias iban a los matinales de las 10 de la mañana, a las vespertinas y las nocturnas, al parecer eran juegos en donde las personas se divertían y satisfacían sus necesidades de ocio. Esteban Carvajal miró el reloj y eran las 4 de la tarde, no sentía afán a pesar de que llegaría tarde a su clase, el solo escuchaba e imaginaba como era esas épocas en donde según don Gustavo Gonzales Peñalosa Torres eran años en donde no había más que hacer, sino solo ir a cine. Él estaba seguro de lo siguiente ya que lo afirmó con sus propias palabras: “En ese cinema Metropól íbamos todos los ibaguereños con la familia y con la novia.  Los boletos se compraban a la entrada en la taquilla, e ingresábamos biscochos. En el cine dejaban a los vendedores vender sus productos a dentro pero luego el empresario, dueño del cine prohibió esa venta y ellos mismos comercializaban los productos a costos más altos. El cine en esa época valía como 3mil pesos. Era barato pero considero que el mejor  era el imperial.  En ese teatro cabían como 300 o 400 personas.  Se veían las películas a blanco y negro, películas de Charles Chaplin que eran mudas y solo mímica.  Los tres chiflados, el perro Rin Tin Tin. Películas de Viruta y Capulina que eran unos cómicos mexicanos, por otro lado películas como  El santo, El enmascarado” Al parecer estos dos señores recordaban esa época en la que llegaban los 70´s y hasta ahora en Ibagué llegaban películas en donde las actrices como María Félix o Libertad Lamarque enamoraban al público asistente con su belleza.

Esa misma noche, en la que Esteban Carvajal preparaba su entrevista para Martha Lamus, decidió agregarle otro fin a su entrevista. El primero y único  objetivo era saber por qué  no llegó la modernización al Cinema Metropol, pero luego que él recordara ese recorrido quiso enfocar su entrevista a algo más. Ese segundo objetivo era rescatar no solo lo que esperaba, sino las vivencias que tuvo Martha Lamus con respecto al cine en una época que el séptimo arte bañaban la cultura Ibaguereña. Así que a partir de las 12 de la noche, Esteban Carvajal se dirigió a su habitación y espero un fin de semana largo, hasta que llegara el gran día de la entrevista.

Ya era martes 6 de septiembre y la entrevista comenzó a las 3:40 de la tarde, Esteban Carvajal iba muy preparado para recibir a la esposa de uno de los mejores Arquitectos que dieron vida urbanística a la ciudad de Ibagué. La señora Martha Lamus de Bajaire conversó con Esteban Carvajal de una forma serena y amable, en el patio de su casa construida por su esposo en el barrio Cádiz. La brisa de los árboles y el sonido de las chicharras adornaron esa entrevista que tenía más cara de “charla” que de lo planeado. Al finalizar, su encuentro que tuvo presente una taza de café y un recorrido por la obra arquitectónica  de David Bajaire, Esteban Carvajal concluyó sus dos objetivos. La obra que nunca se dio, se suspendió porque Gustavo Rojas Correa, hijo del general Gustavo Rojas Pinilla, y Nelly Ramírez, no se arriesgaron a lo último a construir, lo que David Bajaire había proyectado. A pesar de que iban a ser los pioneros de modernizar el cine en compañía con Cine Colombia, el temor de  invertir en un país que en los años 2000, no tenía una estabilidad económica, provocó que ahora los Ibaguereños pasen por un edificio en donde perdura los recuerdos de una generación cineasta cubierta o borrada por proyectos económicos que dieron pie a otras cosas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica-Cinemas
Crónica-Cinemas
bottom of page