

CONOCIENDO LA HISTORIA DE LOS CINEMAS EN IBAGUÉ



Por: Daniel García Triana
Un trabajo periodístico que nace gracias a los cinemas, una tarde solead y gracias a un partido de Colombia, Daniel y sus amigos mientras investigan su trabajo, terminan tomando y con alguien ebrio.
Era una mañana calurosa en la ciudad de Ibagué, y Camilo Triana un estudiante universitario de 19 años se despertó un poco cansado por el agite de la rumba que había tenido la noche anterior, pero feliz. Guayabo no le dio. Bebió como nunca, pues esa noche el trago tenía un importante descuento que Camilo y sus compañeros no dejaron perder. Después de haberla pasado tan bien, Camilo se quedó con una gran inquietud. La curiosidad de conocer un poco sobre los antiguos cinemas que existieron en la ciudad, pues en la discoteca bailó toda la noche con una joven que lo atrajo, con la que habló de todo, entre eso el cine y los cinemas en que existieron en Ibagué, pues la mujer tenía unos 25 años, y pues conocía un poco más que Camilo del tema.
Camilo, empezó averiguando con sus padres sobre la historia de los cines. Su padre un ebanista que toda su vida ha vivido en la ciudad le contó un poco sobre estos cinemas. Le dijo que recuerda siete cinemas; los cuales se llamaban Avenida, Tamana, Nely, Julio Cesar, Metropol, Imperial, Real. Pero, resalta los mejores el Metropol e Imperial, los cuales eran a los que más asistía. Camilo no logró mucha información en internet, por lo que opta por ir a visitar donde antiguamente quedaban. Las direcciones de dichos cinemas su padre se la dio. Invita a sus amigos con los que había salido la noche anterior. El punto de encuentro para realizar el recorrido fue en la gobernación. Camilo a las 2 de la tarde del día sábado estaba esperando a sus amigas. Camila, una de sus amigas llegó con guayabo, y María, llegó feliz por la rumba que habían tenido la noche anterior, pues había bailado con una de sus tragas.
Comienzan el recorrido por el centro. El primer cinema es el Metropol, donde hoy día funciona un parqueadero y despachos jurídicos. Hablan con Jaime Valderrama, un señor de 73 años de edad, que tiene su negocio en frente del ahora Edificio Metropol. Jaime, cuenta que del Metropol “no queda si no el cuento”, debido a que no hay nada que diga que allí fue un cine hace varias décadas. Jaime les cuenta a Camilo y sus amigas, “hace 45 años éramos las personas más felices disfrutando del cine y el teatro Metropol”. Jaime cuenta que los precios al cinema Metropol “eran muy asequibles, porque hace 50 años la entrada a una película costaba entre un peso, dos pesos, cincuenta centavos. Lo único que era más ‘cariñoso’ eran las papitas y la gaseosita.” Camilo y sus amigas se despiden de don Jaime, quien amablemente contó sus vivencias y recuerdos del cinema.
Y así Camilo, María y Camila continúan el recorrido por el centro de Ibagué. Hace calor, pues no es para más hace una temperatura de 35°C más un fuerte rayo de sol, por lo que Camilo invita a unas ‘frías’ a sus amigas. Mientras se la toman, los tres comienzan a hablar sobre la noche anterior, por lo que Camila estaba muy feliz porque por primera vez había tomado arto y no se había emborrachado, pues hace unos meses tuvo una borrachera por un partido de la selección Colombia, por esto se sentía orgullosa. María y Camilo la felicitaban, por esto María decide pedir media de aguardiente. Pues no es para más la alegría de María, al haber bailado con su traga la tenía tan feliz que hasta gastó la media. Camilo solo sonreía y se terminaba su fría club Colombia. Deciden hacer un brindis por la amistad que llevan, pues han sido muchos los que han compartido, más buenos que malos eso sí. Después de tomarse esa media, María quiere pedir una botella, pero Camilo le dice que no, que deben seguir el recorrido. María y Camila muy alegres optan por hacerle caso, eso sí Camilo les dice que se coman un chicle, pues el tufo era insoportable.
Siendo las 4:00 de la tarde del sábado, continúan su recorrido al cinema Imperial, donde no encuentran nada, pues ahora es un parqueadero, se nota a simple vista, aún conserva su arquitectura. Sus alrededores las personas sabían muy poco o nada de que allí funcionó un cinema, y a esto se le suma que está rodeado por locales comerciales. Camilo se acerca a un señor, a preguntarle sobre si tiene conocimiento sobre los cinemas, y el señor Ricardo Rodríguez, asistió al Imperial, describió que tenía “cortinas verde oscura elegantísima, las sillas eran muy cómodas, era una sola sala. La pantalla grande, era muy lindo y muy elegante.” Recuerda que vio una película que lo marcó, “vi una película muy buena llamada Cristina F, drogadicta, viciosa, desahuciada por psiquiatría. Muy buena, una vida muy sufrida.” Ricardo, sigue hablando con Camilo, María y Camila, quienes se sentaron en el andén a escuchar sus anécdotas, después de la charla, Camilo empieza a imaginar cómo era este cinema y lo imagina lindo, atractivo para la vista por su infraestructura, fue uno de los más grandes de los antiguos cinemas.
Siguen su camino, pero, a Camilo le dio hambre, por lo que deciden entrar a un negocio donde venden empanadas, y piden nueve empanadas. Camila se comió cuatro, Camilo tres y María dos. María andaba muy hiperactiva, cuando la mesera iba llegando, María no se fijó y se levantó de su asiento y regó el jugo en su blusa blanca y la jarra rota en el piso. Camilo y Camila primeramente se ríen, luego graban videos para subirlos a Snapchat y ahí si deciden ayudar a la mesera y a María a limpiar el reguero. María con la blusa manchada de jugo decide no seguir, pero Camilo le dice que llame a su mamá y le traiga una blusa. La mamá llega a los 20 minutos, pues casualmente estaba cerca de donde ellos estaban, por lo que compra una blusa de $10.000 en surtitodo. María se pone la blusa, y la mamá paga todo por fortuna, ya que cobraron el jugo y la jarra, por lo que a Camilo, Camila y María no les alcanzaba. Su madre en lugar de estar molesta se ríe por los videos que habían grabado Camilo y Camila, mientras María se molesta por ello.
Continúan su recorrido María con una nueva blusa, mientras Camilo y Camila ríen por lo ocurrido, el próximo cinema es el Real, uno de los cinemas importantes, que se ubica en el centro comercial pasaje real, del cual no hay mucha información. Un vigilante que trabaja en el centro comercial les muestra donde quedaba el cinema quedaba el cinema, el cual se encuentra abandonado, y se está arrendando.
Así terminaron el recorrido pues no es para más ya son las 7:15 de la noche y el centro comienza a quedarse solo. Por lo que Camilo, María y Camila deciden ir días después por más información.
Una semana después. Vuelven a los lugares a seguir buscando información, era un martes, y la selección Colombia juega en la noche, por lo que se ven obligados en aprovechar la tarde. Está vez va Humberto, quien la vez pasada no pudo ir porque el guayabo no lo dejó parar y estuvo muy maluco todo el día. Camilo le cuenta a Humberto donde habían estado aquel día, hasta volvieron a tomarse una cerveza en el mismo bar que estuvieron aquel sábado, Camilo pidió una club Colombia, Camila una águila, María una Redd´s y Humberto una club, todo porque jugaba Colombia. Se encontraron dos veteranos señores en la gobernación, por lo que deciden preguntarles sobre la desaparición de los cinemas. Pedro Sosa historiador y Gustavo Gómez un periodista cuentan que alcanzaron a ver cine en blanco y negro. Sobre las parejas que iban a cine en aquella época, Pedro Sosa cuenta, “en esa época éramos como más decentes. Partiendo de la base que los papas si les tocaban a la muchacha lo acababan a uno”, dice Pedro Sosa, un señor de aproximadamente unos 65 años. Después de una media hora, Humberto, Camilo, María y Camila, agradecen a los señores por la buena tertulia que tuvieron.
Y así se van a ver el partido de la selección Colombia, y allí curiosamente Camilo se encuentra aquella mujer con la que bailó aquella noche. Camilo le pregunta el nombre, ya que ese día se lo había dicho pero él no lo recodaba. Su nombre es Diana, aquella atractiva mujer de 25 años, ve el partido con Camilo y sus amigos. Mientras ven el partido Camilo le cuenta la información que había recolectado, sobre la desaparición de los cinemas, por lo que Diana se muestra interesada por lo que le hizo Camilo y sus amigos de indagar un poco sobre los cinemas. El partido terminó y perdió Colombia, fuera de eso Camila se emborracho, ya que María estaba hablando con un joven de otra mesa y no la cuido, por lo que Humberto la ayuda a ver si se le pasa la borrachera, pero es imposible, está dormida y no se despierta por lo que María y Humberto se la llevan en un taxi, por su parte Camilo se queda con Diana contento de haberla impresionado, por lo que siendo las 2 de la mañana se van para sus casas, y ya empiezan a conversar y verse muy a menudo.
Es importante conocer un poco la historia de los antiguos cinemas, aunque no viví esta época escuchando a las personas que vivieron esto me hace imaginar y sentir los cinemas. La historia es algo que siempre debe estar presente y más aún cuando se tiene tan olvidado este importante atractivo que fue para la ciudad, donde hay mucho por reconstruir.