top of page

¿Cuánto tiempo necesita un jeans para ser exhibido en un maniquí?

​

Por: Daniela Arias

E

ran las 03:00 pm, el sol estaba brillando más que nunca en la capital tolimense y esa tarde se veía reflejada la ola de calor en la carretera. El almacén de ropa que está por la avenida quinta tenía un cartel de promociones grande en la entrada y el maniquí de la vitrina principal tenía puesto un jeans en diferentes tonos y con una gran variedad de taches. Me detuve y en medio de una conversación con mi madre, me quedó rondando la pregunta ¿cómo se hacen prendas así?

​

Ya eran las siete de la noche cuando llegamos a casa, en mi cabeza seguía esa pregunta latente y llamé a mi tía Liliana, pues ella había estudiado diseño de modas. Ella, tal vez me podría decir por todo lo que tenía que pasar una prenda para llegar a su producto final, la llamé siete veces, pero tal vez estaba muy ocupada o se encontraba en una reunión de la iglesia cristiana a la cual pertenece, nunca contestó. Yo sabía que en mi barrio vivían dos hombres que se dedicaban a fabricar jeans, pero ya eran las 09:00 de la noche y mi duda no era tan redundante como para ir a esa hora a hablar con alguno de esos señores, tuve que esperar hasta el siguiente día.

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​​

 

Es domingo en la mañana y la curiosidad de aprender cosas nuevas me carcomía por dentro, tome la decisión de ir a buscar respuestas por profesionales en el tema y llegue a la casa de un micro empresario ibaguereño con bastante experiencia en el campo textil Heliodoro Mendoza o como sus cercanos le dicen Helio. Noté que tenía su carro gris galaxia parqueado frente a la casa y desde afuera se escuchaba un perro ladrando en medio de un juego, timbré, y enseguida se asomó una mujer de 60 años en la terraza, ella muy pintoresca, su cabello ya se veía cubierto en canas y su voz se escuchaba algo ronca, tal vez estaba pasando por una gripe o algo así, desde lo alto me preguntó “¿a quién necesita?”. Le comunique que necesitaba al señor Heliodoro y segundos después sonó la chapa de la puerta.

​

Yo estaba nerviosa porque iba a resolver una duda, antes de ese día nunca me había intrigado tanto. Salió don Heliodoro, un señor de tez morena piel canela, ojos oscuros como un café expreso, cabello chocolate y ojos achinados, que le combinan con su metro setenta de altura y su contextura  mediana. Fuí al grano y le dije que quería saber cómo era el proceso productivo de un jeans, él me miro con una sonrisa de oreja a oreja y con una mirada extraña, yo creo que nunca alguien le había propuesto observarlo mientras cumplía su trabajo, pero él acepto, y me colocó una cita para el martes a las diez de la mañana.

​

Extrañamente estaba muy animada y ansiosa por lo que iba a pasar ese martes, en mi mente pasaban episodios de lo que pudiera suceder o ver. Al fin, llegó el tan esperado día, cuando cruce hacia la cuadra de la casa del señor Heliodoro, él ya me estaba esperando al lado de su carro. Tenía un pantalón de su propia marca y un camibuzo polo blanco con rallas vino tinto, su esposa, una mujer alta y delgada que parecía modelo, ya se encontraba sentada en el puesto de copiloto. Nos saludamos y emprendimos nuestro día, en menos de 20 minutos llegamos al taller de corte, en un barrio popular de la comuna dos  en este lugar se realiza el primer proceso.

​

“Aunque el primer proceso que se le hace a un jeans es el boceto del modelo y el diseño de la prenda, se podría decir que sería la medición y el corte de las diferentes partes”, en el taller de corte siendo las 10:30 de la mañana, don Helio tendió dos rollos de tela mezclilla sobre un tablón que media aproximadamente 6 metros de largo y 3 de ancho, quedaron 25 capas de tela y con ayuda de moldes tallados, se marcó con una tiza las pretinas, las piernas y los bolcillos de cada jeans. El proceso tardo ochenta minutos. Recuerdo bien que el señor se colocó unos guantes que parecían de carnicero para utilizar la máquina cortadora, yo lo miré de manera extraña, y mientras cortaba la tela me contó que prefería utilizar esos guantes. Aunque fueran pesados y molestos lo protegían mucho “hace unos años, un amigo que también se dedicaba a la confección se cortó un dedo con esta máquina, no quiero que me pase lo mismo, prefiero curarme en salud y colocarme estos guantes”.

​

Al terminar de organizar los cortes de tela, subimos todo al carro y a las 12 del mediodía, llegamos a la casa de Jairo Guayara, “Guayara es la persona que me ayuda a unir las partes que cortamos y a hacer las costuras que previamente se habían visualizado desde el boceto, yo le pago $1.200 por pantalón y así mismo le descuento cuando en los siguientes procesos se encuentran imperfectos”. El día laboral ya había terminado, y casi eran las 2.00  y ya solo quedaba estar atento a la llamada de Guayara en los próximos días.

​

Así mismo don Helio me dejo frente a mi casa y quedamos de vernos cuando estuvieran los pantalones para ir a los siguientes pasos juntos. Cuando llegue a la casa estaba sorprendida, puesto que nos habíamos gastado toda una mañana en tan solo 2 pasos de este proceso, además, no comprendía como una persona podía trabajar por tan poco dinero, estoy hablando de Guayara, lo pensé una y otra vez, luego recordé que al menos salieron unos 200 pantalones con ese corte y que de $1.200 en $1.200 da más o menos $240.000  la cuenta.

​

Pasaron varios días, ya era jueves y aún estaba esperando la llamada para volver al encuentro con don Helio. El viernes en la noche recibí esa convocatoria tan esperada ya mañana podíamos ir por el producto, estaba fascinada y quería ver como quedaban esos pantalones, yo suponía que salían ya terminados, prácticamente como uno los ve en el almacén. Me desperté el sábado muy temprano y a las siete ya me encontraba junto a don Helio recogiendo el producto, debo confesar que me desilusione un poco, puesto que no eran nada parecido a lo que yo había visto en el maniquí, la tela estaba dura, el color se veía opaco y las tallas eran como dos veces más grandes de lo que marcaba la etiqueta.

​

El noto mi desconcertó y se acerco con una voz de consuelo diciendo “no se afane, que aún falta mucho para terminar la prenda”. Inmediatamente nos alistamos para ir al taller de procesos de don Alfonso que queda en Picaleña, justo al frente de la cancha de arena, “don Alfonso hace 10 años me realiza el proceso de lavado en los jeans, es un buen taller y nunca he tenido la  infortuna de tener problemas con los procesos que él me realiza”. Don Heliodoro me comentaba que algunos de los problemas que se puede tener en una prenda al hacer mal el proceso de lavado, puede ser que manche al lavarlo, que el tono quede diferente al que se pidió o que el jeans termine con parches en diferentes áreas que no estaban determinadas para este proceso.

​

 Al proceso de lavado también se le conoce como proceso de acabado y consta de varias etapas como:

​

-  El “desgomado” que es la primera fase del lavado, es donde se generan aguas contaminadas con residuos sólidos como el algodón y se elimina cualquier grasa que pueda tener la prenda. Don Helio no sabe con certeza cuanto tiempo demoran sus jeans en esta etapa, pero estima que sean al menos unos 40 minutos y yo solo pienso en todos esos pantalones metidos en una máquina que parece un balde grandísimo.

​

- El “teñido”, en este proceso se generan nuevas aguas contaminadas, pero con residuos químicos, piedra y colorante. Se realiza un proceso químico, en el cual se le aplican colorantes a la prenda directamente. Lo curioso es que don Alfonso menciona que este proceso se realiza con piedra pómez o granos de arena. Para mí es una total incertidumbre como este tipo de materiales pueden ayudar en la decoloración y tintorería de un jeans, pero si se con certeza que la prenda pasa por esta etapa una hora y media.

​

- El “fijado”, es una tecina artesanal que usualmente solo es utilizada en los jeans, consiste en varias técnicas que por medio de químicos se fija la tintura y el color final de la prenda. – “Bartik”: Esta técnica consiste en sumergir a pieza en cera derretida y después de que se seca, se arruga para ser teñida, donde el colorante solo entra en las grietas de la cera. – “Tie dye”: Es teñir la prenda, amarrada y doblada de diferentes formas con o sin objetos: para reservar el color original y luego se desamarrarla. Dependiendo de la forma y el número de ataduras, da como resultado figuras geométricas o figuras irregulares. “Tric tik”: Es reservar zonas del color original, haciendo figuras o pegando parches antes de lavar o tinturar, para luego descoser. Finalmente está el “Traking2”: Que consiste en hacer pliegues antes de lavar o tinturar la prenda, usando los plasti-flecha y luego se sueltan. Todo este largo y arduo proceso dura entre uno o dos días, dependiendo la cantidad de prendas a tinturar. Don Helio cree que es lo más interesante, porque aunque a todos los pantalones se les hace el mismo proceso, nunca queda igual el uno del otro.

​

- La “decoloración”  es un proceso en donde al jeans se le remueve totalmente el color índigo que trae su tela. También pasa varias etapas, las cuales don Alfonso no quiso mencionar, según él es un secreto del taller. Lo que si me dijo es que se demoran un día realizando esta decoloración, ya que se necesitan realizar procesos manuales y en maquinaria. 

​

Posteriormente se realiza un “lavado terminal” que consta de limpieza, suavizado, centrifugado y secado. Es algo muy parecido al proceso que se realiza en casa en una lavadora común y corriente, según don Helio, la diferencia es que en el taller de lavado se utiliza una lavadora industrial que tiene una capacidad de carga entre 25 y 200 prendas, y tarda en hacer el lavado entre 40 minutos y una hora.

​

Luego de todo el proceso de lavado volvimos al taller donde se hizo el corte de la tela, allí, él junto a un equipo de 3 trabajadores le colocaron la cremallera al jeans y realizaron las terminaciones como son los taches, el ojal, el botón y algunos otros bordados que se deseen en la prenda. Cada trabajador se gastaba aproximadamente 1 minuto por jeans, ahí mismo se le colocaron los pasadores al pantalón. Don Helio es una persona emprendedora, luchadora y echada para delante, así que trata de ser muy perfeccionista en cada cosita que hace y manda a hacer, para darle una buena imagen a su marca y una identidad propia a sus prendas.  

​

El “pulido” que es donde se le quita todas las brechas de hilo que le quedan a la prenda se realiza en segundos, el “planchado” y la “embolsada de la prenda” las maneja la señora Ceile, una ama de casa que en su tiempo libre, realiza las tareas terminales del jeans. Recuerdo que me le medí a hacer este proceso final al jeans, fue algo exhaustivo, mientras pulí, planche y embolse una sola prenda, la señora Ceile llevaba 5, yo no podía creer que todo eso necesitaba un pantalón para poder ser exhibido en la vitrina de un almacén. Para finalizar se recoge todo el pantalón ya empacado y terminado, se envía a todas las tiendas de ropa que venden estos jeans. Para Heliodoro Mendoza su mejor clienta es la señora Lina, quien es la propietaria de una famosa boutique que queda en la quinta avenida de la capital musical de Colombia.

bottom of page